Los incendios forestales son sucesos que tienen un gravísimo impacto en el medioambiente y en la seguridad de las personas. Además de otro tipo de daños físicos, el humo de los incendios forestales puede afectar a la salud respiratoria, especialmente de aquellos pacientes que ya sufren de problemas respiratorios crónicos.
Son muchos los puntos del planeta que se enfrentan cada año a este tipo de crisis, que incluso se ven agravadas cuando se dan en plena temporada de incendios forestales, y en las que se llegan a destruir millones de acres de tierra y miles de estructuras.
Estos desafortunados sucesos provocan en muchas ocasiones que los residentes tengan que huir de sus casas y lo pierdan todo, lo que les obliga a volver a empezar desde cero.
Pero no solo el fuego es el protagonista porque, como ya hemos anticipado, respirar el humo de incendios forestales también es un factor demoledor en estas catástrofes, y la situación acaba de agravarse si analizamos el impacto que tiene en nuestro medioambiente, donde sus efectos llegan a afectar a la fauna, la flora y el suelo.
Contaminación por incendios forestales y efectos
Como decimos, los incendios forestales son causa de contaminación medioambiental al enviar millones de gases a nuestra atmósfera y al crear un impacto muy grave en nuestra salud.
Entre los humanos, los grupos más vulnerables son los niños, los ancianos, los enfermos cardiovasculares, las personas que padecen enfermedades respiratorias, así como los que están sobre el terreno ayudando a combatir el fuego.
Los efectos de los incendios forestales sobre la salud respiratoria de la población son muy perjudiciales, siendo los causantes de procesos inflamatorios que afectan a toda la vía aérea, así como ser la raíz de la que parten infecciones bronquiales y pulmonares, y descompensación de enfermedades respiratorias preexistentes como asma, bronquiectasias, EPOC y otras. Está claro que los pacientes con insuficiencia respiratoria crónica se ven especialmente afectados.
Por todo lo que estamos comentando, aquellas personas que de una forma u otra estén expuestas a respirar humo de incendios forestales (rico en óxidos de carbono, azufre y nitrógeno, compuestos orgánicos volátiles y partículas respirables), y especialmente aquellas que padecen enfermedades respiratorias, deben tomar una serie de medidas de precaución que detallamos en el siguiente punto.
10 consejos para no respirar humo de incendios forestales
Aquí te mostramos 10 consejos para intentar no respirar humo de incendios forestales:
- Si puedes, abandona la zona donde se está produciendo el incendio.
- Evita la inhalación de humo utilizando un equipo de protección respiratoria como por ejemplo una mascarilla. Si no tienes una máscara de protección o una mascarilla adecuada, utiliza lo que tengas a mano, por ejemplo, un paño húmedo (Nota: las mascarillas y material de protección que se utiliza para protegerse del polvo no son eficaces para proteger tus pulmones de los gases y de muchas de las partículas finas del humo de un incendio forestal).
- Agáchate y permanece lo más cerca posible del suelo, donde el calor y el humo son menos intensos.
- No dejes que el humo entre en tu habitación. Cierra las ventanas y tapa los bordes para obstruir el paso del humo. Recuerda que solo es aconsejable ventilar una vez que el problema ocasionado por el incendio forestal esté resuelto.
- Evita permanecer al aire libre, reduce tu actividad física y bebe líquidos.
- Evita fumar e intenta evitar otros productos tóxicos como pinturas, barnices, detergentes o desinfectantes, y no enciendas bajo ningún concepto velas ni ningún aparato de gas o de leña, ya que disminuirá el -ya de por sí comprometido- nivel de oxígeno de tu hogar.
- Si tu casa tiene un sistema de purificación del aire, es un buen momento para utilizarlo. Si tienes aire acondicionado, debes elegir la opción de recirculación del aire, evitando así que el aire exterior entre en la casa, y teniendo cuidado de comprobar que los filtros están limpios.
- Cuando utilices tu vehículo, mantén las ventanillas y los conductos de ventilación cerrados; si el vehículo tiene aire acondicionado, conéctalo en modo de recirculación para evitar que el aire exterior entre en el vehículo.
- Si estás bajo algún tipo de tratamiento respiratorio, sigue estrictamente los consejos de tu médico. Y no olvides tener siempre a mano tu medicación de emergencia. Nunca se sabe cuándo la puedes necesitar.
- Si ves que tu salud se deteriora, busca ayuda inmediata en el hospital o consultorio médico más cercano.
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