La rinitis alérgica y la vasomotora a menudo se confunden al solaparse significativamente sus síntomas y a pesar de que, según se sabe, las causas parecen ser totalmente diferentes.

En este artículo te vamos a hablar de qué es cada una de ellas, de sus síntomas específicos y de los tratamientos que se aplican en pacientes que sufren de rinitis alérgicas y no alérgicas.  

Si perteneces al grupo de población afectado por este tipo de trastornos, en este artículo vas a encontrar información de ayuda sobre esta dolencia.

¿Qué es la rinitis alérgica?

La rinitis alérgica también se conoce como fiebre del heno y es un trastorno respiratorio causado por la exposición a un alérgeno que provoca en el paciente una respuesta inflamatoria del sistema inmunológico.  

Algunos de los síntomas que causan la rinitis alérgica, y que veremos en detalle un poco más adelante, son muy parecidos a los del resfriado común, sin embargo, la diferencia entre ambos radica en que en la primera no se producen por un virus sino por una respuesta alérgica a alérgenos presentes en espacios interiores o exteriores. 

Algunos de los alérgenos más comunes están presentes durante todo el año y causan la llamada rinitis alérgica perenne, los encontramos en los hongos, en los ácaros del polvo o en las mascotas (caspa de los animales domésticos). 

Sin embargo, cuando se trata de rinitis alérgica estacional o fiebre del heno, los principales responsables son los alérgenos del polen y del hongo lo cual implica que pueda haber picos a lo largo de las distintas estaciones.

Según el Atlas Global de Alergia, el número de afectados por rinitis alérgica a nivel mundial representa entre el 10% y el 20% de la población total. 

Estas cifras convierten a la rinitis alérgica en la enfermedad crónica no transmisible más predominante a nivel sanitario y con un impacto económico que supone importantes costes directos e indirectos. 

¿Qué es la rinitis vasomotora?

La rinitis vasomotora es una rinitis no alérgica que se manifiesta ante la exposición a agentes irritantes como el humo del tabaco, los contaminantes del aire (como los gases que emiten los automóviles a través del tubo de escape), los alimentos picantes, los perfumes, el vapor de las pinturas, los factores ambientales (cambios de temperatura y presión), el alcohol y las emociones, entre otros. 

A pesar de lo anterior, se desconoce la causa específica de la rinitis vasomotora aunque los expertos sugieren que, en general, se presenta cuando los vasos sanguíneos de la nariz se hinchan y hay una acumulación de líquido en el tejido nasal. 

La inflamación producida se asocia a una hipersensibilidad de las terminaciones nerviosas situadas en la nariz dando lugar a congestión y goteo nasal pero sin afectar al sistema inmunológico (diferencia con la rinitis alérgica). 

Los pacientes con rinitis vasomotora se dividen además en dos subgrupos: los que muestran una rinorrea o secreción nasal "húmeda" y los pacientes “secos” que presentan obstrucción nasal y resistencia al flujo de aire con una rinorrea mínima.

Síntomas de la rinitis alérgica

A los síntomas nasales (goteo, picor y congestión) se les pueden sumar síntomas de conjuntivitis como picor de ojos y lagrimeo, entre otros. 

Otros síntomas derivados de la rinitis alérgica son: 

• Estornudos.
• Tos.
• Picor en la boca y la garganta -además de en la nariz-.

Los pacientes de rinitis alérgica también son susceptibles de desarrollar asma, enfermedades en los senos paranasales, el oído medio, la nasofaringe o la laringe, llegando incluso a provocar disfonía. 

Síntomas de la rinitis vasomotora

La sintomatología de la rinitis vasomotora es probable que aparezca y desaparezca a lo largo del año con síntomas constantes o que solo duren un breve período de tiempo. 

Entre los síntomas más frecuentes encontramos: 

• Congestión y goteo nasal. 
• Estornudos. 
• Mucosidad (flemas) en la garganta Goteo posnasal.

Como ya te hemos comentado anteriormente, distinguir entre rinitis alérgica y vasomotora puede ser complicado, dado que algunos de los síntomas -como los que te acabamos de listar- se manifiestan de forma común en ambas. 

Sin embargo, hay algunas claves que te pueden ayudar a diferenciarlas como que en la rinitis vasomotora no se suele dar picor de nariz, ojos y garganta, y que sí están ligados directamente a la rinitis alérgica (fiebre del heno).

Tratamiento de la rinitis alérgica

En el caso de la rinitis alérgica el primer paso para mantenerla bajo control es en la medida de lo posible evitar el contacto o la exposición con los alérgenos que te provocan los síntomas. 

Algunos consejos útiles para mantenerte a salvo de los alérgenos son: 

• Lavar la ropa de cama y los textiles del hogar con agua caliente como medida para no exponerte a los alérgenos de los ácaros del polvo. 
• Limitar la exposición en las horas de mayor concentración de niveles de polen o polvo.  
• Utilizar purificadores de aire para mejorar la calidad del mismo en los espacios interiores.

En aquellos casos en que evitar la exposición a los alérgenos no sea posible, entonces es el momento para pasar por la consulta del alergólogo y que sea él quien recomiende alternativas como la inmunoterapia alérgica o incluso la ingesta de medicamentos para controlar la inflamación y prevenir los síntomas. 

Algunos de los medicamentos usados con mayor frecuencia en este tipo de casos son: 

• Aerosoles nasales.
• Antihistamínicos. 
• Antileucotrienos.

No olvides que a pesar de que algunos de estos medicamentos no requieren de prescripción médica con receta, lo prudente es que sea el alergólogo quien te los recete y te aconseje sobre su ingesta correcta. Él es el profesional y él sabrá lo que es mejor en cada caso. 

Por su parte, la inmunoterapia alérgica consiste en tratar al paciente con inyecciones o pastillas de forma periódica. Este tipo de tratamientos, generalmente se alarga entre tres y cinco años para dar resultados. 

Tratamiento de la rinitis vasomotora

Una vez que el paciente ha sido diagnosticado de rinitis vasomotora, el siguiente paso es educarle para que aprenda a evitar los agentes medioambientales que han desencadenado el problema.

Algunos consejos útiles son evitar o limitar la exposición a los factores desencadenantes tales como:

• Los perfumes.
• El humo del tabaco.
• Los productos de limpieza susceptibles de crear síntomas. 
• El humo de los coches.
• Los productos químicos (como el cloro de las piscinas).
• El vapor de la pintura.

Nuevamente, cuando evitar la exposición no sea una alternativa, habrá que recurrir a los medicamentos o incluso a cirugías, siguiendo las recomendaciones del otorrinolaringólogo. 

En este sentido, los corticoides nasales tópicos son medicamentos ampliamente usados en este tipo de situaciones. 

¿Cómo distinguir qué es rinitis alérgica y qué vasomotora?

Recoger una serie detallada de datos en la historia clínica del paciente para emitir un diagnóstico -anamnesis- puede ser de gran ayuda para distinguir qué es rinitis alérgica y qué vasomotora. 

Para diagnosticar qué rinitis está afectando al paciente, sigue siendo importante tener en cuenta los exámenes físicos y las pruebas de alergia. En el caso de las pruebas alérgicas, cuando son positivas, pueden indicar un caso de rinitis alérgica, y si son negativas, pueden ayudar a llegar a un diagnóstico, por exclusión, de rinitis vasomotora.

La aparición o el empeoramiento de los síntomas del paciente en momentos considerados como picos estacionales de polen, los lugares con “riesgo” de alérgenos de animales domésticos o de esporas de moho pueden ser pistas de ayuda para diagnosticar una rinitis alérgica. 

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