Aunque a menudo se las confunde y se las toma por algo similar, existen diferencias claras entre alergia e intolerancia y en este artículo te las vamos a contar para que no te quede ninguna duda.
Para entender plenamente la diferenciación entre ambas es importante conocerlas de forma aislada para así tener una visión separada de lo que implica cada una de ellas.
Definición de alergia
Hablamos de alergia cuando el organismo humano entra en contacto con una sustancia que inicialmente debería ser inofensiva -alérgeno- pero que el cuerpo identifica como algo ajeno y peligroso contra lo que debe luchar.
Las armas más comunes que el cuerpo humano usa para defenderse son la inflamación, el lagrimeo, los estornudos o incluso los sarpullidos y que no son otra cosa que los síntomas o señales de aviso de que una reacción alérgica está en marcha.
Los “tipos de alergias y sus causas” pueden ser muchos y variados, y uno de los más comunes es el que tiene a las alergias alimentarias como protagonista.
En este caso, y como ya te hemos comentado en más ocasiones, la mejor forma de prevenir y evitar reacciones es evitando la ingesta de los alimentos causantes.
No debes olvidar que alimentos que a simple vista parecen inofensivos pueden convertirse en armas letales para personas alérgicas a ellos.
Seguro que directa o indirectamente conoces algún caso en que por comer alimentos como marisco o cacahuetes se ha desencadenado una reacción alérgica de tal envergadura que la persona en cuestión, de repente, mostraba problemas serios para respirar, erupciones en la piel, hinchazón facial o una caída drástica de tensión arterial que ha podido poner incluso en peligro su vida.
Da lo mismo si la persona es joven o adulta, la aparición de alergias alimentarias se puede poner de manifiesto en cualquier momento. Por eso, una vez que este tipo de alergia ha sido detectada, es importante que el “paciente” lleve consigo inyecciones de epinefrina que sirvan para controlar los síntomas en caso de que de forma accidental ingiera algún alimento al que sea alérgico.
En este punto hay que señalar que la alergia alimentaria puede llegar incluso a aparecer en casos en que no ha habido una ingesta directa, y es que las personas con alergia alimentaria no necesitan necesariamente comer el alimento o el alérgeno alimentario, también pueden tener una reacción al tocarlo u inhalarlo.
El segundo concepto a tener en cuenta, es la contaminación cruzada, que se da cuando algún alimento que se considera seguro para una persona, en algún momento de su preparación se contaminó con un alérgeno alimentario a través de una superficie, equipo, producto o similar. En este caso, al entrar en contacto con este alimento, la persona también puede tener una reacción alérgica.
Un ejemplo de esto es cuando una persona alérgica a los cacahuetes come una galleta que “teóricamente” no los contiene pero en el proceso de elaboración de la galleta se utilizó una superficie o una máquina que había procesado cacahuetes, lo que puede contaminar los alimentos y provocar una reacción alérgica en la persona.
El tercer concepto es la reactividad cruzada, que significa que algunas proteínas de determinadas sustancias pueden causar la misma reacción alérgica que las proteínas alergénicas porque, al ser estructuralmente similares el sistema inmunológico no puede diferenciarlas.
Ejemplo claro son las personas alérgicas al látex que pueden tener una reacción alérgica con algunos tipos de frutas.
Definición de intolerancia
En cuanto a la intolerancia se define como la incapacidad de algunos individuos para procesar algunos compuestos presentes en alimentos.
El ejemplo más conocido y con el que se entiende perfectamente esta disfunción, es la intolerancia a la lactosa de la leche. No es que la persona sea alérgica a la leche, es que no puede digerir la lactosa, un disacárido (azúcar) que se encuentra en ella.
En los casos de intolerancia puede existir un déficit de enzimas que impide que el organismo metabolice de forma correcta la ingesta de un alimento. Otra opción es que la persona pueda tener una reacción de hipersensibilidad a los compuestos que se encuentran naturalmente en los alimentos o que se agregan artificialmente.
Algunos estudios reflejan que a nivel mundial solo el 35% de las personas es capaz de digerir la lactosa a partir de los 7 - 8 años de edad.
Aunque las intolerancias provocan síntomas muy molestos -naúseas, gases e hinchazón abdominal o diarrea, entre otros- no llegan a revestir la gravedad que en algunos casos conllevan las alergias alimentarias.
Diferencia entre alergia e intolerancia
La explicación rápida y sencilla para definir la diferencia principal entre alergia e intolerancia se basa en que en las alergias se da una reacción del sistema inmunitario, mientras que en las intolerancias el problema no tiene nada que ver con el sistema inmunitario, sino con el sistema digestivo y metabólico.
Ya con esto que te acabamos de comentar seguro que te ha quedado claro que las diferencias entre ambos padecimientos son importantes.
Al comer un alimento al que eres intolerante los síntomas te harán sentir mal pero al ingerir un alimento al que eres alérgico puede que hasta tu vida corra peligro.
En las intolerancias alimentarias puede haber deficiencia enzimática, sensibilidad a los aditivos o reacciones a sustancias químicas que contienen los alimentos.
En las alergias el sistema inmunitario se pone en modo alerta al identificar alimentos como alérgenos o enemigos contra los que, generalmente, generar anticuerpos IgE (Inmunoglobina E).
Las alergias pueden provocar síntomas incluso si la ingestión ha sido mínima mientras que en las intolerancias hay personas que en cantidades moderadas pueden consumir el alimento sin presentar síntomas adversos.
Algunos casos de alergia se manifiestan sin que haya habido ingesta, sino que simplemente al inhalar o tocar el agente invasor se activa el sistema inmunitario.
Los síntomas en las reacciones alérgicas se manifiestan principalmente en la piel y también pueden aparecer síntomas respiratorios y gastrointestinales, mientras que en las intolerancias los síntomas se focalizan más en la zona gastrointestinal.
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