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Diferencia entre alergia y asma

A simple vista hay casos en los cuales tanto la alergia como el asma tienen la misma apariencia y se manifiesta con opresión en el pecho y sensación de falta de aire al respirar. Sin embargo, independientemente de si sufres una u otra, o incluso las dos, es fundamental contar con un diagnóstico adecuado para determinar el origen de los síntomas que llevará al tratamiento correcto. 

El especialista encargado de realizar tanto el diagnóstico como el tratamiento de la alergia o el asma es el alergólogo y el inmunólogo

Según ASCIA (Australasian Society of Clinical Immunology and Allergy), la alergia desempeña un papel importante en el asma, ya que es uno de los principales factores asociados a que aparezca y a que persista.  En relación a lo anterior, alrededor del 80% de las personas con problemas asmáticos tienen resultados positivos en las pruebas de alergia.

Para comprender correctamente las similitudes y diferencias entre el asma y las alergias, primero hay que analizar de forma individual cada una de ellas.

¿Qué es el asma? 

El asma se caracteriza por una inflamación de las vías respiratorias en los pulmones que provoca que se contraigan los músculos que las rodean y, a su vez, se traduce en sibilancias en el pecho, tos y dificultad para respirar. 

Los músculos que rodean los bronquios y los bronquiolos que conducen el aire al pulmón, se tensan. Al tensarse, las vías respiratorias se hacen más pequeñas y el flujo de llegada de aire a los pulmones se reduce

Aunque los alérgenos ambientales (como los procedentes de hongos, ácaros, animales domésticos y granos de polen, etc.) provocan la mayoría de los ataques de asma, existen otros desencadenantes:

  • El humo.
  • El aire frío.
  • El aire húmedo.
  • Los olores fuertes.
  • El ejercicio extenuante.
  • Los gases de escape.
  • Los irritantes químicos.
  • Los medicamentos como la aspirina o los betabloqueantes.
  • Los sulfitos (en los alimentos).
  • El estrés.
  • Otros irritantes (como el ozono y el material particulado - PM).

Hasta aquí, ya queda claro que el asma es una enfermedad pulmonar crónica que afecta a las vías respiratorias de los pulmones. Sin embargo y a pesar de ser crónica, el asma no es una enfermedad continua, lo que significa que hay momentos en los que aunque seas asmático podrás respirar bien y tus vías respiratorias no se habrán estrechado ni obstruido. 

En cualquier caso, es importante mantener el asma bajo control siguiendo el tratamiento recomendado por su médico.

El asma lleva asociados una serie de síntomas que ayudan a reconocerlo más fácilmente: 

  • Sibilancias al espirar.
  • Tos persistente e irritable, especialmente por la noche.
  • Dificultad para respirar y falta de aire.
  • Opresión y pesadez en el pecho.
  • Sibilancias o tos con el ejercicio. En este caso, podría ser un asma inducida por la práctica de ejercicio.

¿Qué es la alergia? 

Las alergias son una hipersensibilidad o respuesta del sistema inmunitario a un agente "desencadenante" ambiental o alérgeno. Algunos de los alérgenos más comunes  se encuentran en: el polen, el polvo, el moho, las mascotas y algunos alimentos.

Las alergias pueden desencadenar ataques de asma pero, sin embargo, el asma puede manifestarse y estar presente en algunas personas que no sufren de alergias.

Los síntomas más habituales de las reacciones alérgicas incluyen:

  • Picores frecuentes o recurrentes en los ojos, la nariz, la boca o los oídos.
  • Estornudos.
  • Secreción nasal más o menos intensa.
  • Piel seca o urticaria.
  • Tos productiva.
  • Sibilancias.
  • Opresión en el pecho. 

La reacción al alérgeno presenta como resultado una inflamación (enrojecimiento e hinchazón) que provoca cuadros alérgicos y que pueden afectar a distintas partes del cuerpo. 

Algunos ejemplos de cuadros alérgicos son: 

  • La rinitis alérgica o fiebre del heno: afecta a la nariz y a los ojos.
  • El eczema o urticaria: afectan a la piel.
  • La anafilaxia (que es la reacción alérgica más grave): puede afectar a todo el cuerpo.
  • El asma: afecta a los pulmones.

En este caso, los alérgenos se encuentran sobre todo en los ácaros del polvo doméstico, en el polen, los animales domésticos, los mohos, algunos medicamentos, las picaduras o mordeduras de insectos, el látex (caucho natural) y los alimentos. 

Con frecuencia, las alergias no se toman en cuenta como enfermedades crónicas graves lo que lleva asociado que, en muchos casos, no se diagnostican con la antelación necesaria y no se tratan como se debe. 

La prevalencia global sigue en aumento y entre el 20% y el 30% de la población mundial padece algún tipo de enfermedad alérgica.

Es más, en Europa, uno de cada cuatro niños es alérgico y está documentado que 87 millones de personas padecen alergias. 

Un 40% de los pacientes que sufren de rinitis alérgica tienen asma y hasta el 80-90% de los asmáticos sufre también rinitis alérgica. 

¿Cómo influye la alergia en el asma? 

La alergia desempeña un papel importante en el asma de dos formas principalmente:

  1. La propia alergia puede producir la inflamación alérgica en las vías respiratorias.
  2. La exposición a uno o varios alérgenos puede desencadenar un ataque de asma.

En este sentido, algunas personas con rinitis alérgica moderada o grave creen que su reacción alérgica se convierte en asma y que les produce opresión en el pecho o sibilancias. 

Sin embargo, un alérgeno común -como por ejemplo el polen- puede desencadenar directamente el asma además de la rinitis alérgica. Asimismo, las pequeñas partículas de dicho alérgeno penetran profundamente en las vías respiratorias del pulmón. 

Entonces, ¿cómo se puede saber si la alergia está influyendo en el asma?

Lo primero es acudir al médico para que tras elaborar tu historial médico, te realice pruebas de punción cutánea o análisis de sangre con los cuales puedan detectar la Inmunoglobulina -IgE- específica de los distintos alérgenos y demostrar la presencia de anticuerpos contra uno o varios de esos alérgenos. 

Estas pruebas cuentan con respaldo médico y científico probado, y lo normal es que las realice un especialista en inmunología clínica o en alergias.

Para tratar de forma eficaz el problema del asma, habrás de asegurarte de tener la alergia bajo control y también deberás haber determinado si la alergia es un factor clave en la propia enfermedad asmática que sufres. 

Tras identificar la o las sustancias que provocan la reacción alérgica, se recomienda evitar, eliminar o al menos minimizar la exposición a ellas para experimentar una mejora en los síntomas de asma.

La alergia, el asma y la genética

Está probado que el asma puede ser genética, pero también puede aparecer en casos sin antecedentes familiares previos. Así, tus padres pueden transmitírtelo a través de sus genes o puedes ser tú el primer miembro de la familia que desarrolle problemas por asma. 

Las personas con sobrepeso también tienen mayor riesgo de sufrir asma.

En el caso de las alergias, estas también pueden ser hereditarias y transmitirse de padres a hijos pero no necesariamente una persona con alergias probadas se las tiene que pasar a todos o algunos de sus descendientes. 

¿Cómo ayudan los purificadores de aire a mejorar las alergias y el asma?

La relación causa-efecto en este caso es importantísima, así, cuanto más limpio esté el aire a menos alérgenos estarás expuesto y, por tanto, menor será el riesgo de sufrir alergias. 

Tanto si tienes alergias y no tienes asma, como si tienes tanto alergias como asma, será importante que te preocupes de y tener un aire lo más limpio posible en tu casa. 

Quizás sea el momento ideal para considerar seriamente apostar por los beneficios de comprar un purificador de aire Airfree con el que eliminar algunos alérgenos y garantizar un aire interior más limpio en tu vivienda o en ese espacio interior que te hace vulnerable.

En esta comparativa de purificadores te mostramos nuestros modelos para que puedas elegir el que mejor se adapta a tus necesidades.

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