Si nuestra día a día ya se puso patas arriba durante la pandemia, los cambios en nuestro estilo de vida pospandemia también serán significativos.
Expertos de Harvard aseguran que ciertos cambios a los que nos hemos enfrentado durante la pandemia han conseguido acelerar tendencias que ya se venían manifestando y que seguirán siendo protagonistas en la pospandemia.
En este artículo vamos a poner el foco de atención sobre algunos de los cambios más relevantes a fin de que estés al tanto -si no lo estabas ya- de cómo va a cambiar tu vida en un futuro cercano cuando hayamos vuelto por completo a la “nueva normalidad” pospandemia.
Los efectos clave de la pandemia
La pandemia por COVID-19 va a dejar grabada entre nosotros durante algún tiempo su propia impronta en forma de efectos secundarios resultado de las circunstancias fuera de lo normal vividas.
De forma general podemos categorizar estos efectos en 3 grupos:
- Seguridad.
- Sociabilidad.
- Movilidad.
La seguridad
Entre otras muchas cosas, la pandemia por COVID-19 nos ha dejado altos niveles de inseguridad, estrés e incertidumbre que al llegar la pospandemia se traducirán en una búsqueda incesante de seguridad que puede ser: física, sanitaria, económica, laboral, familiar, etcétera.
La sociabilidad
Otro de los aspectos más vulnerables durante el tiempo de pandemia está afectando directamente a las formas habituales de relacionarnos. En nuestro día a día las opciones de socializar por medio de distintas actividades de ocio: compartir comidas, copas, actividades deportivas o culturales; se han visto restringidas por completo o limitadas en buena medida.
Una vez que alcancemos la etapa de pospandemia, estos hábitos sociales volverán a estar entre nuestras actividades habituales y, posiblemente, con mayor intensidad que antes de que el coronavirus SARS-CoV-2 apareciera en nuestras vidas.
La movilidad
El tercer efecto clave en la pandemia ha venido marcado por los viajes y por la imposibilidad de realizar hasta los desplazamientos más simples y comunes en muchas ocasiones.
Estar encerrados en nuestros hogares sin poder movernos y no hablamos de viajar a lugares exóticos, sino de ni tan siquiera poder salir a pasear, es posible que sea la motivación de muchas personas en pospandemia para recuperar lo antes posible todas esas actividades viajeras, de conocer nuevos lugares o de realizar excursiones de las que se han visto privados. En el momento en que la pospandemia permita viajar con seguridad, la gente se lanzará a ello.
Los cambios de la pospandemia
Teniendo en cuenta los efectos de la pandemia que acabamos de comentar, ¿cuáles serán los cambios que traerá consigo la pospandemia?
La telesalud y la telemedicina
Hasta la llegada de la pandemia por COVID-19 el número de pacientes que se atrevían a realizar consultas médicas de forma telemática era mínimo. En la actualidad, la opción de la telemedicina ya no se ve como algo ajeno, sino totalmente natural e incluso demandado en muchos casos.
Según Thomas DelBanco, catedrático de medicina del John F. Keane & Family en la Facultad de Medicina de Harvard, y promotor del movimiento internacional OpenNotes, la transición a la telemedicina lleva 20 años en marcha aunque el cambio experimentado durante la pandemia ha motivado que su uso haya pasado de registrar cifras menores del 10% a superar ampliamente el 90%.
Afortunadamente, la inmediatez en la necesidad de recibir servicios sanitarios se ha valido de años de desarrollo tecnológico que han permitido que la telemedicina se ofrezca de forma habitual.
Con la pospandemia es más que posible que esta forma de consulta sea la elegida por muchos pacientes en aquellas ocasiones en las cuales no necesiten que médicos, enfermeras o especialistas les vean presencialmente.
“Acudir” a la consulta del médico sin perder tiempo de aparcamiento, sin sufrir problemas de tráfico y cuadrando agendas para la cita casi a la carta, probablemente, pasará a ser la opción elegida por no pocos pacientes.
La movilidad
Además de lo ya mencionado en cuanto a movilidad en este artículo, hay otro aspecto que creemos es importante analizar.
Como bien apunta Carole Voulgaris, profesora adjunta de planificación urbana en la Escuela de Diseño de Harvard, la reducción del tráfico, sobre todo en los puntos más conflictivos como el centro de las ciudades, supuso un gran alivio en los momentos más restrictivos de confinamiento.
A pesar de que al relajarse las medidas de restricción de movilidad, las cifras de tráfico han vuelto a subir, el hecho de que aún haya muchas personas trabajando desde sus casas, ayuda a que el volumen de tráfico -por lo general- se mantenga en cifras menores aunque en la pospandemia pueda acabar acercándose mucho más a los niveles que se daban antes de la pandemia.
En línea con esto, Voulgaris señala que algunos urbanistas, ingenieros de tráfico y defensores del medioambiente, siguen pensando en medidas de reducción del tráfico basadas en mejorar el transporte público, añadir peajes y otras alternativas.
Sin embargo, y dado que el transporte tiene una relación directa con la economía, quizás la solución tenga que llegar de la mano de un cambio sistémico desvinculando la actividad económica de la congestión y permitiendo un equilibrio entre ambos.
Asimismo, Voulgaris admitió que al ralentizarse el tráfico durante la pandemia, en algunas ciudades se ha abierto una puerta a reforzar el uso de otros modos de transporte creando carriles bici o para peatones donde antes no los había. Quizás en la pospandemia el uso de estas alternativas de desplazamiento acaben convirtiéndose en permanentes.
Si quieres saber cómo nos afecta la contaminación y por qué es un problema social, te animamos a leer este artículo.
El teletrabajo
Si hay algo que la pandemia ha puesto de manifiesto, es que la posibilidad de realizar el trabajo desde el hogar es una realidad que era impensable para muchos hace poco más de un año.
Según Tsedal Neeley, profesora de Administración de Empresas de la Naylor Fitzhugh en la Harvard Business School, para muchas personas mayores adaptarse al cambio laboral obligado ha sido dramático y, en algunos casos, incluso ha afectado a la estabilidad o continuidad de sus puestos de trabajo.
Para otros, la adaptación y el uso de reuniones internas por videollamada, de videoconferencias con clientes o proveedores y el uso de otras tecnologías han hecho posible poder realizar el trabajo -a distancia- y seguir cobrando el sueldo sin problemas.
En palabras de Neeley, se ha demostrado que las empresas pueden tener beneficios reduciendo costes como el del alquiler de espacios para oficinas por lo que, aunque posiblemente el trabajo a distancia no se mantenga en la pospandemia en los mismos niveles que desde marzo de 2020, lo que sí se puede casi asegurar es que habrá una mayor cantidad de población trabajando a distancia desde sus casas que antes.
Aquellos que se vieron obligados a aprender a usar aplicaciones como Zoom, Slack, Microsoft Teams o Google Meet, finalmente aprendieron y se dieron cuenta de que no era tan difícil como pensaban.
Para Neeley, mantener el teletrabajo será viable si las posiciones más altas de las empresas ven que este formato de trabajo es eficaz y que lo pueden incorporar efectivamente como parte de la planificación de la fuerza de trabajo.
Por el lado del trabajador, los beneficios se centran en el ahorro de tiempo en desplazamientos y en la mejora en muchos casos de la conciliación laboral y familiar.
Sin embargo, para muchos directivos, el teletrabajo puede afectar el compromiso de los trabajadores con la empresa. Al mismo tiempo, los trabajadores pasan más tiempo solos y sin relacionarse socialmente con otros compañeros, además de soportar un mayor cansancio provocado por las teleconferencias.
Un efecto colateral del trabajo a distancia es que puede afectar a los mercados inmobiliarios y en relación al alquiler o compra de locales comerciales de oficinas.
Son muchas las empresas (incluso Twitter) que ya han manifestado que la opción de trabajo en remoto de forma permanente será decisión de los empleados.
En este sentido, Neeley afirma que cuando a la gente se le da la opción de poder elegir, es más probable que aprecie el trabajo a distancia y la oportunidad de elección que se les plantea.
Las leyes que regulan la Inteligencia Artificial (IA)
Con todos los desafíos que se han planteado durante la pandemia, han sido miles las innovaciones de IA que se han ido poniendo en marcha.
Ya hemos comentado sobre la telemedicina, pero no es la única, el aprendizaje a distancia o las apps de rastreo de contactos son otras de esas miles de innovaciones que hemos comentado. Y con ellas, han llegado los problemas éticos, los riesgos de seguridad, privacidad y prejuicios discriminatorios.
Estos problemas son a tal escala que la Unesco ha trabajado junto con representantes de 193 países para sentar las bases éticas de la IA, sobre cuyos principios cada país elaborará políticas nacionales en aras de garantizar una IA ética y que respete los valores humanos fundamentales. ¿Quieres aprender más sobre Airfree? En este enlace te contamos sobre nosotros.