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Cómo afecta la contaminación a los niños

Estar al tanto de cómo afecta la contaminación a los niños te permitirá tomar conciencia del problema y poner en marcha algunas medidas preventivas para proteger a los más pequeños de la casa. 

En esta lectura te compartimos cuáles son los efectos de la contaminación en los niños y también te compartiremos algunas pautas para proteger a los más pequeños de los contaminantes medioambientales y domésticos. 

¿Cómo afecta la contaminación a los niños?

Son muchas las pruebas que evidencian la relación existente entre la exposición a la contaminación del aire -tanto en interiores como al aire libre- con distintos perjuicios que afectan a la salud de los niños. 

De hecho, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación del aire tiene un alto impacto con consecuencias que pueden ser graves para la salud y supervivencia de los más pequeños. 

En todo el mundo, un 93% de niños viven en entornos donde se respira un aire con niveles de contaminación superiores a los marcados por la propia OMS. Otra cifra impactante es que una de cada 4 muertes de niños menores de 5 años está directa o indirectamente relacionada con riesgos ambientales

Pero el problema no queda ahí, porque a pesar de que como hemos mencionado es un problema global que afecta a la población infantil de todo el mundo, también ha quedado demostrado que se ve agravado en regiones donde el nivel de pobreza es mayor. 

Está demostrado que la pobreza puede empeorar los efectos insalubres y nocivos para la salud dado que limita el acceso a la información como medio de prevención, a posibles tratamientos y a otros recursos sanitarios en general. 

Relacionado con lo anterior, es evidente que el riesgo al que se expone el niño es muy alto cuando pasa mucho tiempo en casa respirando humo emitido por la quema de biomasa, carbón, carbón vegetal y queroseno como medio de combustión de la cocina, la calefacción y el alumbrado. 

La combustión de estos elementos en aparatos poco eficientes es sinónimo de  complejas mezclas de agentes contaminantes. 

Asimismo, en viviendas con poca ventilación, las emisiones de partículas finas y otros contaminantes procedentes de las estufas pueden alcanzar 100 veces el nivel máximo de exposición recomendado por la OMS.

Otras fuentes de interiores que se pueden considerar como agentes contaminantes para niños -y mayores- son los compuestos orgánicos volátiles procedentes de productos domésticos y de la construcción, el amianto y los plaguicidas. También hay que tener en cuenta elementos como el mercurio, el radón y los contaminantes biológicos, así como el humo del tabaco

Efectos negativos de la contaminación en los niños

A continuación, te mostramos una lista recopilada por la OMS con información de distintos estudios sobre los efectos negativos de la contaminación en niños y que se manifiesta en forma de: 

  1.  Resultados perjudiciales e inadecuados en recién nacidos.
  2.  Mortalidad infantil.
  3.  Problemas de desarrollo neurológico.
  4.  Obesidad infantil.
  5.  Funciones pulmonares. 
  6.  Infecciones agudas de las vías respiratorias inferiores incluida la neumonía.
  7.  Asma.
  8.  Otitis media.
  9.  Cáncer infantil.
  10.  Exposición infantil y problemas en edad madura o adulta.

Resultados perjudiciales e inadecuados en recién nacidos

Muchos estudios advierten del alto porcentaje de casos que relacionan la contaminación medioambiental, especialmente por exposición a PM (material particulado), al dióxido de azufre (SO2), óxidos nítricos (NOx), ozono (O3) y monóxido de carbono (CO), con distintos problemas que sufren los recién nacidos. 

En concreto, hay pruebas firmes de que la exposición materna a la contaminación por partículas (PM) está asociada al bajo peso del neonato y aumenta el riesgo de parto prematuro

También parece haber evidencias de que la contaminación atmosférica afecta directamente al incremento de la mortalidad neonatal.

Mortalidad infantil

No solo existen pruebas del efecto en los recién nacidos, sino que también existen evidencias que avalan que a medida que los niveles de contaminación aumentan, también lo hace el riesgo de mortalidad infantil, sobre todo por la exposición al PM y a los gases tóxicos.

Es bien sabido que las cinco principales causas de muerte en niños menores de 5 años a nivel mundial son la prematuridad, las infecciones respiratorias agudas, las complicaciones relacionadas con el parto (incluida la asfixia al nacer), otras afecciones del grupo 1 y las anomalías congénitas

Ya por sí solo, el nacimiento prematuro es el único factor que mata a más niños menores de 5 años en el mundo que la infección respiratoria aguda.

Problemas de desarrollo neurológico

Otros de los efectos que argumentan distintas investigaciones, hablan de cómo la exposición a la contaminación del ambiente, tanto antes como después del nacimiento, puede suponer problemas en el desarrollo neurológico del bebé, peores resultados en pruebas cognitivas e incluso ser un factor de influencia en que el niño desarrolle trastornos de comportamiento (de tipo autismo o déficit de atención e hiperactividad). 

Por su parte, cada vez más pruebas demuestran que la contaminación medioambiental también puede tener influencia en el desarrollo mental y motor del niño. 

Obesidad infantil 

La relación entre algunos resultados metabólicos negativos en niños y la exposición al aire contaminado que respiran también está apareciendo como conclusión de algunos estudios. 

Los anteriores afirman que la exposición a la contaminación atmosférica en el útero conlleva un aumento de peso postnatal o del índice de masa corporal alcanzado para su edad, y también hay líneas de investigación que asocian la contaminación atmosférica relacionada con el tráfico con la resistencia a la insulina en los niños.

Funciones pulmonares

Como es lógico pensar, se ha demostrado que un niño expuesto a la contaminación atmosférica sufre un alto riesgo de problemas en el crecimiento y funciones de sus pulmones, incluso cuando están expuestos a bajos niveles de contaminación. 

Por contra, se ha demostrado que aquellos niños que viven en zonas en las que la calidad del aire es mejor o ha mejorado, experimentan mejores niveles de crecimiento de su función pulmonar.  

Infecciones agudas de las vías respiratorias inferiores incluida la neumonía

Los niños expuestos a la contaminación medioambiental tienen un mayor riesgo de padecer de las infecciones agudas de las vías respiratorias inferiores, conocidas por el acrónimo en inglés ALRI

La exposición a contaminantes atmosféricos como el PM2,5 (partículas inhalables finas que tienen diámetros de 2,5 micrómetros o menos), el dióxido de nitrógeno (NO2) y el ozono (O3) está asociada a neumonía y otras infecciones respiratorias en niños pequeños. 

Asma

Los niños que están expuestos a contaminación del aire ambiental tienen un mayor riesgo de desarrollar asma infantil

En cuanto a la contaminación del aire doméstico, existen datos que apoyan que estar expuesto a este tipo de polución en el cual hay un uso de combustibles y tecnologías contaminantes en el hogar, está asociada al desarrollo o empeoramiento del problema de asma del niño.

Otitis media

Ha quedado demostrada la asociación entre estar expuestos a la contaminación del aire y la aparición de otitis media -infección del oído medio- en los más pequeños. 

Asimismo, aunque no son muchos los estudios que se han realizado para demostrar la relación entre la contaminación atmosférica, procedente de fuentes distintas al humo de tabaco y la aparición de otitis media, sí existen evidencias que acreditan no solo que existe, sino también que hay una relación entre la exposición al humo de tabaco y estas infecciones en los niños.

Cáncer infantil

Son varios los estudios con fundamento probado que recogen la asociación entre la exposición prenatal a la contaminación medioambiental y una mayor probabilidad de sufrir retinoblastomas y leucemia infantil

Por otro lado, los estudios con base en la contaminación del aire en el hogar y el riesgo de cáncer en los niños son menores en número, pero sin embargo, sí está demostrada consistentemente su asociación con varios tipos de cáncer en lo adultos, ya que suele contener muchas sustancias clasificadas como carcinógenas.

Exposición infantil y problemas en edad madura o adulta 

Ya hemos señalado que un niño expuesto a agentes contaminantes en el aire que respira, tanto antes de nacer como en los primeros años de su vida, tiene una mayor probabilidad de mostrar resultados de salud adversos en su madurez y edad adulta. 

El efecto sobre los pulmones en edades tempranas, ya sea en su desarrollo o en su funcionamiento, puede acabar suponiendo enfermedades pulmonares crónicas una vez que el pequeño se haga adulto, y esta misma relación se aplica al riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares

Si quieres saber más sobre protección del medioambiente y sistemas de purificación del aire, te proponemos las siguientes lecturas:

¿Cómo proteger el medioambiente?

Ventajas de los purificadores de aire en casa.

Y si necesitas más información sobre nuestro producto de mejora del aire pensado para niños, puedes hacer clic aquí.

Cómo quitar el olor a tabaco en casa

Cómo quitar el olor a tabaco en casa se convierte en muchas ocasiones en un verdadero quebradero de cabeza y en un problema de mucho mayor calado de lo que la gente piensa. 

Nos atrevemos a afirmar lo anterior porque contamos con datos que arrojan cifras tan contundentes como que el tabaco mata a más de 8 millones de personas al año

Si piensas que este dato es terrible, lo que te vamos a contar tampoco es mejor, porque de esa cifra global, 7 millones de muertes se deben al consumo directo de tabaco pero 1,2 millones de muertos son víctimas del tabaquismo pasivo.

Con esta información en tu poder seguro que ya intuyes que el humo del tabaco que respiras es tu peor enemigo y te interesará saber cómo se desempeñan los dispositivos para purificar el aire de Airfree.

¿Cómo de peligroso es el humo de tabaco en espacios interiores?

Estar expuesto en espacios interiores al humo del tabaco es perjudicial para la salud, ya sea al respirar el aire contaminado que exhala el fumador o por el simple humo que sale del cigarro encendido. 

Según el Instituto Nacional Do Câncer (INCA-Brasil), el humo que sale de un cigarro encendido y se difunde uniformemente en el aire, contiene de media tres veces más nicotina, tres veces más monóxido de carbono y hasta 50 veces más carcinógenos que el humo que inhala un fumador.

Asimismo, da igual la forma de tabaco que sea (pipa, puros, tabaco de liar, etc.), todas son adictivas y perjudiciales para la salud de las personas. 

Respirar el humo de tabaco que exhala un fumador en un espacio cerrado puede provocar graves enfermedades cardiovasculares y respiratorias a quien lo inhala. 

En el caso de los niños, casi la mitad de ellos están expuestos al humo del tabaco en lugares públicos, en los bebés está demostrado que aumenta el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante y en las mujeres embarazadas puede provocar complicaciones en el embarazo y recién nacidos con bajo peso. 

¿Cuánto duran los elementos nocivos del tabaquismo pasivo?

Saber con certeza cuánto tiempo se mantienen en el aire los agentes nocivos del humo del tabaco es difícil de determinar. 

La realidad es que incluso después de ventilar una habitación en la que se ha fumado persiste el olor a tabaco durante tiempo, lo cual te puede servir de orientación para imaginar el tiempo al que estás expuesto a los agentes contaminantes de los cigarros. 

Si el humo del tabaco está en el aire, el riesgo de problemas de salud también lo está, pero incluso si ha impregnado la ropa, los textiles de decoración o el resto del mobiliario, el olor a tabaco sigue siendo un efecto desagradable.  

Insistimos en que la exposición al tabaquismo pasivo y a sus agentes contaminantes puede causar cáncer, empeorar las infecciones respiratorias y agudizar los problemas de asma.

¿Cómo puedes quitar el olor a tabaco en casa?

Ya hemos comentado que a veces con la simple ventilación de las habitaciones donde se ha fumado no se consigue eliminar todo el olor a tabaco en casa.

Una solución alternativa son los purificadores de aire pero no todos están diseñados para eliminar malos olores como el de tabaco. 

De hecho, algunos purificadores de aire están diseñados sólo para eliminar partículas y no son capaces de controlar los agentes contaminantes gaseosos, ni los olores químicos. 

Por tanto, este tipo de dispositivos no eliminará todos los olores del tabaco ni los contaminantes gaseosos cancerígenos de su humo. 

Por su parte, los purificadores de aire portátiles pueden tener distintos tipos de filtros de carbón activado u otros compuestos/tecnologías para eliminar los gases y los olores.

Recordemos que la clasificación CADR de AHAM (Asociación de fabricantes de electrodomésticos) utiliza las partículas del humo del tabaco como representación de las partículas pequeñas del ambiente. A pesar de ello, en general, la purificación del aire no es una forma eficaz para hacer frente al humo del tabaco en ambientes interiores. 

Son miles las partículas y compuestos químicos gaseosos en el humo del tabaco, incluyendo muchos carcinógenos conocidos, que no se pueden eliminar eficazmente con ciertas técnicas de limpieza del aire.

¿Y qué pasa con los dispositivos sin filtro como los de Airfree®? ¿Reducen el olor a tabaco? 

La respuesta es “Sí”, los purificadores de Airfree® reducen cualquier tipo de olor orgánico en el ambiente, incluido el del tabaco. 

Lo cierto es que la eficacia de los purificadores de aire Airfree no solo está probada para reducir la cantidad de microorganismos y sustancias nocivas del aire, como las bacterias, los virus, el moho, los alérgenos de los ácaros del polvo, los alérgenos de las mascotas, el polen, como ya hemos comentado, también sirve para quitar el olor a tabaco.

Con los aparatos Airfree se destruye el microorganismo por muy pequeño que sea y no se deposita en otra superficie (como un filtro), directamente se destruye. Nuestros purificadores de aire cuentan con 32 pequeños conductos en su núcleo de cerámica donde se calienta el aire contaminado a 204 grados centígrados durante el tiempo de exposición suficiente para garantizar su esterilización.

En el proceso anterior se consigue destruir completamente el 99,99% de todos los microorganismos que pasan por el núcleo cerámico patentado por Airfree®.

Si te ha quedado alguna duda, puedes hacernos llegar tu consulta o acceder directamente a la lista de nuestros distribuidores.

Alergias en bebés qué son, síntomas, y causas de riesgo

Tanto si estás embarazada como si ya tienes un pequeño en casa, seguro que te preocupas por saber sobre todo lo relacionado con las alergias en bebés. En este artículo hemos recopilado información que te servirá de referencia. 

En concreto, durante esta lectura te hablaremos de: 

  • Las alergias en los bebés.
  • Cómo saber si tu hijo tiene una reacción alérgica.
  • Alergias y lactancia materna o de fórmula.
  • Alimentos que pueden provocar una reacción alérgica en tu bebé.
  • Los aditivos alimentarios y las alergias en niños.
  • Alergias en bebés y asma ambiental.

Las alergias en los bebés

Los cambios medioambientales que sufrimos en la actualidad han traído consigo una serie de efectos adversos para la salud humana y han hecho que el riesgo de sufrir enfermedades inflamatorias no transmisibles -ENT, por sus siglas en inglés- sea más y más elevado. Por supuesto, estos cambios afectan también a los bebés que entran dentro del colectivo considerado de riesgo. 

De hecho, las alergias (o enfermedades alérgicas) son las enfermedades no transmisibles de aparición más temprana, hace su aparición en los primeros meses de vida del bebé y alerta de la existencia de claros indicios de que el sistema inmunitario del niño es especialmente vulnerable a los cambios ambientales.

La dieta materna y la exposición a contaminantes  medioambientales o a otros agentes tóxicos durante el embarazo pueden causar la aparición de alergias en bebés o incluso aumentar la predisposición del niño a sufrir reacciones alérgicas a veces muchos años después. 

Asimismo, si los padres o alguno de los hermanos tienen una enfermedad alérgica, el niño tiene un 50% de posibilidades de desarrollarla a lo largo de su vida.

Teniendo en cuenta lo anterior, es lógico pensar que las claves para prevenir algunas enfermedades alérgicas deben empezar en los primeros años de vida, antes de que las respuestas inmunitarias alérgicas aparezcan o se hayan consolidado. 

En las últimas décadas, se han abandonado algunas estrategias enfocadas en evitar los alérgenos para dar paso a enfoques más inmunomoduladores.

Así, en la actualidad se están llevando a cabo varios ensayos para explorar el papel de los factores inmunomoduladores como los prebióticos (fibra dietética soluble) y los probióticos, como medios más favorables de restablecimiento de la colonización intestinal para una maduración metabólica e inmunitaria óptima desde los primeros meses de vida del niño. 

Los ácidos grasos poliinsaturados y otros nutrientes, como los antioxidantes y la vitamina D también están cobrando protagonismo para contrarrestar la creciente tendencia a las alergias en bebés.

¿Cómo saber si tu hijo tiene una reacción alérgica?

Tras exponer la existencia del problema de alergias en bebés, veamos cuáles son algunos de los signos de una reacción alérgica en bebés:

  • Diarrea.
  • Vómitos.
  • Tos y estornudos.
  • Sibilancias y dificultad para respirar.
  • Picor de garganta.
  • Irritación de la piel o sarpullido.
  • Hinchazón en labios y garganta.
  • Goteo, obstrucción y/o picor nasal.
  • Enrojecimiento y picor de ojos.
  • Erupciones cutáneas o urticarias.
  • Malestar estomacal.
  • Anafilaxia.  

Sobra decir que si tienes la más mínima duda de que tu niño tiene una reacción alérgica, lo recomendable es que acudas cuanto antes al médico para que sea quien confirme los síntomas y disponga el tratamiento óptimo.

En el caso de las alergias alimentarias no se recomienda que los padres experimenten por su cuenta (sin el asesoramiento de un médico y de un nutricionista), probando a suprimir alimentos que pueden ser importantes, como la leche. Con este tipo de acciones puedes conseguir que tu hijo no reciba los nutrientes necesarios para que su alimentación sea sana y equilibrada. 

Alergias y lactancia materna o de fórmula 

La lactancia materna exclusiva o el uso de la primera fórmula para bebés están recomendados durante los primeros 6 meses de vida.

Si tu bebé resulta ser alérgico a la leche de vaca y no puedes amamantarlo, lo mejor es que consultes con tu pediatra sobre el tipo de fórmula que debes darle.

También es importante aclarar que si estás embarazada o en período de lactancia, no es necesario que evites los alimentos que pueden provocar reacciones alérgicas, a menos que tú seas alérgica a ellos.

Investigaciones recientes advierten que cuando llegue el momento de que tu bebé empiece a ingerir alimentos sólidos -esto es, a partir de los 6 meses-, deberás ir añadiendo a su dieta los alimentos que pueden ser potencialmente alérgicos  de uno en uno, en cantidades muy pequeñas y con intervalos entre la inclusión de estos nuevos alimentos. De esta forma, será más fácil que detectes cualquier posible reacción alérgica que el bebé presente.

Si por contra, tu bebé ya tiene una alergia diagnosticada o si los padres tenéis antecedentes familiares de alergias alimentarias, eczema, asma o fiebre del heno, será mejor que prestes especial atención al ir añadiendo alimentos sólidos a la dieta de tu bebé. Incluso es bueno que consultes con el pediatra para que valore la mejor forma de ir incluyéndolos sin afectar excesivamente la salud del pequeño.

Alimentos que pueden provocar una reacción alérgica en tu bebé

Algunos de los alimentos más comunes que pueden provocar una reacción alérgica en tu bebé son:

  • La leche de vaca.
  • Los huevos.
  • Los alimentos que contienen gluten, como el trigo, la cebada y el centeno.
  • Los frutos secos y los cacahuetes.
  • Las semillas.  
  • La soja.
  • Algunos mariscos.
  • Algunos pescados.

Tomando como base la evidencia actualmente disponible, estos alimentos pueden incluirse como parte de la dieta del bebé a partir de los 6 meses, aproximadamente, al igual que cualquier otro alimento.

Si el bebé los tolera y no muestra rechazo inmunitario alguno, entonces, estos alimentos deberán formar parte de la dieta habitual del bebé para seguir trabajando en minimizar el riesgo de alergia.

Algunos estudios han demostrado que retrasar la ingesta de cacahuetes y huevos de gallina en los niños más allá de los 6 o 12 meses puede aumentar el riesgo de desarrollar una alergia a estos alimentos.

En general, la alergia a la leche o al huevo puede ser superada con el paso del tiempo y el consabido tratamiento, sin embargo, la alergia al cacahuete suele manifestarse de por vida.

Cabe señalar que cada caso es diferente y siempre debes consultar a tu médico/pediatra para que elabore un plan de acción específico para tu hijo.

Los aditivos alimentarios y las alergias en niños

Es importante que si tu bebé es alérgico a algún alimento, leas con mucho detenimiento las etiquetas de todos los alimentos hasta asegurar que no contienen el alimento o el aditivo al que tu hijo es alérgico.

Es sorprendente ver cómo los alimentos, por muchas razones, contienen aditivos. Uno de esos aditivos son los conservantes con los cuales es seguro comerlos durante más tiempo, o los aditivos usados para dar color o textura al alimento.

Todos los aditivos alimentarios han de pasar por estrictos análisis y pruebas de seguridad antes de poder ser ingeridos y en la lista de ingredientes de su etiqueta deben mostrar claramente los aditivos que contienen, incluyendo su nombre o número "E" y su función, como "color" o "conservante".

Las reacciones adversas a aditivos alimentarios como los sulfitos no son muy comunes, no así las reacciones a alimentos ordinarios, como la leche o la soja, que sí son mucho más comunes.

Alergias en bebés y el asma ambiental 

Además de las alergias alimentarias, algunos elementos del aire que respira el niño pueden ser el desencadenante de síntomas de alergia o incluso asma en el bebé.

Sin ir más lejos, los alérgenos de los ácaros del polvo pueden ser un potencial factor de desarrollo de asma y/o alergias en bebés. 

Afortunadamente, existe una serie de medidas que se pueden aplicar para minimizar los efectos o incluso que se desarrolle la alergia por estos agentes contaminantes. 

Entre las soluciones más comunes encontramos las siguientes: 

  • Usar fundas protectoras antiácaros para almohadas y colchones.
  • Lavar la ropa blanca en contacto con el bebé con agua caliente y una vez por semana.
  • Controlar la humedad en los espacios interiores entre un 30 y un 50%.
  • Usar purificadores de aire para niños
  • Retirar alfombras, moquetas, cojines y muebles tapizados.  

Otra posible fuente de alérgenos la encontramos en las mascotas

Algunas investigaciones advierten de la posibilidad de que el bebé desarrolle alergias y asma al estar expuesto o en contacto con animales, sin embargo, investigaciones más recientes demuestran que una exposición temprana a animales (gatos o perros, especialmente) puede en realidad ser una buena forma de proteger a los niños de desarrollar reacciones adversas a los alérgenos de estos animales. 

El tercer factor que queremos señalar en este punto es el humo del tabaco, que, sin lugar a duda, afecta al bebé incluso antes de haber nacido. 

De hecho, fumar durante el embarazo aumenta la posibilidad de que el niño presente problemas de sibilancias, mientras que la exposición en la infancia puede desarrollar asma u otras enfermedades respiratorias crónicas

En Airfree nos preocupa la salud de tus niños y por eso, hemos desarrollado productos específicos que mejoren la calidad del aire que respiran los bebés en espacios interiores.

CADR qué es y qué mide

Muchos aparatos purificadores de aire portátiles que existen en el mercado, aportan etiquetas o sellos AHAM con información sobre su clasificación CADR pero, ¿qué significan estas siglas? 

Te lo contamos a continuación, junto con otros detalles que estamos seguros van a ser de tu interés.

¿Qué es el CADR?

CADR es el acrónimo de Clean Air Delivery Rate, que en español se puede traducir por Índice de Suministro de Aire Limpio.

La definición técnica de CADR es: tasa de medición del rendimiento de un purificador de aire, definida como la cantidad de aire limpio -libre de agentes contaminantes- que entrega el dispositivo y expresada en pies cúbicos por minuto (cfm). 

Como ya hemos mencionado, son muchos los purificadores de aire portátiles que se clasifican según el índice de suministro de aire limpio (CADR) y su objetivo es informar a los consumidores de la capacidad de purificar el aire que tiene un aparato para tales fines. 

En pocas palabras, el CADR es de gran ayuda para que el usuario elija el dispositivo más correcto en función del tamaño de la zona interior donde lo quiere colocar. 

Cuanto mayor sea el CADR, más partículas será capaz de eliminar el purificador de aire y, por tanto, más grande será el área en la que puede funcionar.  

Eficiencia vs eficacia de los purificadores de aire 

En este punto es importante señalar la diferencia entre eficiencia y eficacia en los aparatos purificadores de aire. 

Así, la eficiencia de un dispositivo de limpieza del aire mide su capacidad para reducir la concentración de agentes contaminantes en el aire que pasa una vez por el dispositivo. La eficiencia del purificador de aire se mide en condiciones controladas de laboratorio.

Por su parte, la eficacia de un sistema de limpieza del aire portátil mide su capacidad para eliminar los agentes contaminantes de los espacios interiores en los que se usa. 

Y precisamente, un parámetro que se usa a menudo para medir la eficacia es el CADR que, finalmente, informa del alcance que tiene un purificador de aire portátil para entregar aire relativamente limpio midiéndolo en pies cúbicos por minuto.

En teoría, es posible generar un CADR tanto para medir gases como para partículas, sin embargo, actualmente las normas de ensayo sólo evalúan y califican la eliminación de partículas.

Como ya podrás imaginar, la eficacia de los purificadores de aire por filtros depende directamente del mantenimiento que se dé a los mismos.

Rendimiento de los dispositivos de filtración y limpieza del aire

Las tecnologías de purificación del aire mediante filtros, en las cuales las partículas se eliminan fijándose al filtro mecánico o de medios, son capaces de reducir sustancialmente las concentraciones de partículas hasta niveles por debajo de los límites de exposición considerados de riesgo para la salud y reglamentados por las autoridades competentes. 

A pesar de que no son muchas, las pruebas realizadas sugieren que los filtros mecánicos pueden tener efectos positivos sobre la salud, especialmente para reducir síntomas adversos de la alergia o del asma. Sin embargo, no tienen efectos reconocidos sobre síntomas agudos de salud en la población también conocido como síntomas del síndrome del edificio enfermo (SBS).

¿Mide el CADR la eficacia del Airfree®?

La respuesta es un rotundo “No, en absoluto”, y la razón se basa en que el CADR no está diseñado para poder probar la tecnología exclusiva que se usa en los purificadores de aire Airfree®

Esta tecnología propia de la que hablamos recibe el nombre de TSS o Sistema de Esterilización Termodinámica. 

El sello AHAM, que es el que suele encontrarse en la parte posterior de la caja del dispositivo purificador de aire por filtro, marca tres números de CADR o índice de suministro de aire limpio. 

Estos números sirven como parámetros de la eficacia del purificador de aire en la eliminación de tres grupos de tamaño de partícula, cada uno de los cuales recibe el nombre de una partícula del tamaño respectivo y reconocido por los consumidores:

  1. Uno para el humo del tabaco: para las partículas pequeñas (0.09 hasta 1.0 µm).
  2. Otro para el polvo: para las partículas medianas (0.5 hasta 3 µm).
  3. Otro para el polen: para las partículas grandes (5 hasta 11 µm). 

La razón por la que el CADR no es compatible con el diseño de Airfree es porque esta marca no filtra sino que destruye los microorganismos. En este caso, para medir la reducción de bacterias, mohos, virus y otros microorganismos habría que recurrir a la medición de una muestra del aire en laboratorio. 

En términos coloquiales, podemos decir que en Airfree se destruye el microorganismo por muy pequeño que sea. Ni se atrapa ni se deposita en otra superficie (como un filtro), directamente se destruye. 

Dentro de los 32 pequeños conductos del núcleo de cerámica del purificador Airfree, se calienta el aire contaminado a 204 grados centígrados durante el tiempo de exposición suficiente para garantizar su esterilización

El proceso anterior consigue que el 99,99% de todos los microorganismos se destruyan completamente al pasar por el núcleo cerámico patentado por Airfree®.

Anteriormente, hemos hablado de la eficacia como clave en los dispositivos de limpieza del aire en interiores. 

Pues bien, la eficacia de los purificadores de aire Airfree para reducir la cantidad de microorganismos y sustancias nocivas del aire ha sido probada por el INETI y por docenas de otros laboratorios internacionales. 

Los dispositivos de purificación de aire Airfree son eficaces contra las bacterias, los virus, el moho, los alérgenos de los ácaros del polvo, los alérgenos de las mascotas, el polen y los olores del tabaco. 

Y por si esto fuera poco, al no basarse en un sistema de filtros, tiene un coste cero de reparaciones y mantenimiento

Falta de oxígeno por usar mascarilla mito o realidad

La nueva normalidad que vivimos con la pandemia por COVID-19 está poniendo sobre la mesa una serie de situaciones y preguntas entre las que destaca si el tema de la falta de oxígeno por usar mascarilla es real o es una leyenda urbana sin fundamento médico o científico.

Para aclarar si afecta realmente el uso de mascarilla a tu capacidad de respirar hemos preparado este artículo con el que pretendemos solucionar todos los interrogantes relacionados.

¿Es real la falta de oxígeno al usar mascarilla?

A menudo, la sensación de falta de oxígeno por usar mascarilla puede ser intensa, sin embargo, cuando hablamos de mascarillas quirúrgicas, no existen evidencias que demuestren una correlación directa entre ambas, durante las actividades diarias.

Dicho de otro modo, no está probado que en personas sin problemas respiratorios concretos el uso de la mascarilla, de manera correcta, suponga un cambio en su capacidad de respirar. 

Lo importante es el uso correcto de las mascarillas, independientemente del tipo y siguiendo las recomendaciones del fabricante. Se debe prestar especial atención al tiempo de uso, al estado de la mascarilla (no debe estar dañada o húmeda), a cómo se debe desinfectar y a cuándo es necesario desecharla y sustituirla.

En este sentido, los CDC de Estados Unidos (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades) recomiendan que no usen mascarillas aquellas personas con problemas para ponérsela o quitársela por sí mismas, las que tengan problemas respiratorios y los menores de 2 años. 

A partir de esa edad y salvados los otros condicionantes mencionados, no hay razón para recomendar que no se use. 

Entonces, si los problemas respiratorios por el uso de esta protección no están probados, ¿por qué la gente tiene muchas veces sensación de falta de aire cuando llevan la mascarilla puesta?

Quizás la respuesta sea tan sencilla como decir que es un problema de falta de costumbre.

La realidad es que hasta hace poco más de un año no estábamos acostumbrados a hacer vida normal y acciones rutinarias con algo cubriéndonos la cara. 

Por eso, lo primero que debemos concedernos es sentirnos incómodos pero sin permitir que esto implique una asociación de ideas entre incomodidad y que algo no está bien. 

Es más, si al sentirte incómodo no tratas de verlo con naturalidad, lo más probable es que generes una situación de ansiedad extra que suponga una aceleración de tu ritmo de respiración y un agravamiento de la sensación inicial de falta de oxígeno al respirar. 

¿Causa intoxicación el uso prolongado de mascarillas?

Esta es otra pregunta muy común en parte relacionada con el punto que acabamos de tocar. 

Se puede afirmar con certeza que el uso prolongado de mascarillas quirúrgicas (también llamadas mascarillas médicas y que pueden ser planas o plisadas con fijación de gomas o lazos) si se usan correctamente no causan intoxicación por CO2 ni deficiencia alguna en el volumen de oxígeno incorporado con la respiración. 

Un consejo que ayuda es que al llevar puesta una mascarilla quirúrgica te asegures de que se ajusta correctamente a tu cara y está apretada para no dejar entrar el aire por ranuras pero al mismo tiempo te permita respirar con normalidad. 

Otros consejos: si la mascarilla médica no es reutilizable -es desechable- tírala y no vuelvas a usarla porque su eficacia para protegerte habrá quedado anulada, y si la mascarilla se moja o se humede procede también a cambiarla de inmediato.

¿Deben los asmáticos llevar mascarillas?

Nos topamos aquí con otra pregunta frecuente a la cual queremos dar respuesta.

Tanto los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. conocidos por las siglas (CDC), como la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan como regla general llevar una mascarilla en público cuando no se pueda mantener una distancia adecuada con otras personas. 

Pero, el uso de mascarilla puede no ser la mejor opción para todo el mundo. Es más los CDC en EE.UU. aconsejan no usar mascarillas a estas personas: 

  1. Niños menores de 2 años.
  2. Personas que tengan problemas para respirar con normalidad.
  3. Personas que estén inconscientes, no puedan ayudarse a sí mismas o no puedan quitarse la mascarilla por sí mismas (por ejemplo, personas con algún tipo de incapacidad física o mental).

En cuanto a las personas con asma puede ser que experimenten molestias o tengan problemas para respirar mientras llevan puesta la mascarilla.

En este sentido, lo normal es que si la afección por asma es leve o está bien controlada, la molestia o sensación de falta de oxígeno por el uso de mascarilla no sea un gran problema. 

Sin embargo, en aquellos casos en los cuales la enfermedad está más agravada y sufren de constantes ataques, empeoramientos, recaídas, hospitalizaciones o requieren de una ingesta frecuente de medicamentos para mantener a raya sus ataques de asma, entonces, el uso de mascarilla sí podría ser la causa de que aparezcan más problemas.  

Finalmente, lo más importante es mantener los niveles de asma bajo control tanto como sea posible, ya sea siguiendo al pie de la letra el tratamiento pautado o usando los inhaladores de alivio rápido. Pero si los problemas respiratorios requieren un mayor uso de inhaladores consulta a tu médico.

Si sufres de asma o tienes problemas respiratorios serios tendrás que aprender a tomar otro tipo de protecciones y medidas alternativas al uso de la mascarilla para protegerte de la COVID-19:

  • Intenta salir de casa lo menos posible. Limita tus salidas a lo estrictamente necesario.
  • Pide ayuda para hacer las compras o los recados a personas de tu entorno o solicita los servicios de entrega o recogida en tu domicilio. 
  • En público guarda la distancia de seguridad con los demás, al menos 2 metros. 
  • Evita entrar en contacto con personas que estén enfermas.
  • Lávate las manos con frecuencia.
  • Evita las aglomeraciones y no te expongas a estar rodeado de multitud de gente (siempre que sea posible).
  • Limita los viajes tanto como puedas.  
  • Limpia tu casa e higieniza tu coche con más frecuencia de lo habitual. 
  • Si hace frío no olvides cubrirte con una bufanda o pasamontañas para evitar que la baja temperatura te afecte en forma de ataque de asma.
  • En épocas de máxima polinización busca salir en aquellas franjas del día en que el recuento de polen sea menor. 
  • Si tienes asma es importante que continúes con los ejercicios físicos, pero puede que te enfrentes a una mayor sensación de falta de oxígeno al llevar puesta la mascarilla. Busca zonas al aire libre apartadas, con baja afluencia de gente, donde hacer ejercicio y no llevar mascarilla no sea un problema. 
  • Sustituye el ir a un gimnasio o a una clase de ejercicio (yoga, pilates, etcétera) por sesiones de ejercicio en tu casa. Puede que no sea lo mismo pero desde luego es infinitamente menos arriesgado. 

¿Qué puedo hacer si mi trabajo me exige llevar una mascarilla?

Aunque poco a poco y de forma paulatina, son muchas las empresas y negocios que están volviendo al formato de trabajo presencial, eso sí, pidiendo a sus empleados que usen la mascarilla durante su jornada laboral. 

Puede darse el caso de que en la situación anterior un empleado tenga problemas para respirar con la mascarilla puesta. 

¿Qué puede hacer?

La primera solución y la más lógica si te ves en este escenario es que hables con tu superior o persona al mando y le ofrezcas alternativas para seguir prestando tus servicios sin arriesgarte a propagar el ya de por sí alto riesgo de contagio de la COVID-19.

Algunas ideas para plantearle a tu jefe son: 

  • Poder mantenerte alejado de tus compañeros. 
  • Trabajar en un turno diferente al resto.
  • Trabajar desde casa. 
  • Probar con distintos tipos de mascarillas. 
  • Consultar la posibilidad de hacer más descansos para evitar sentir una falta de oxígeno por el uso continuado de la mascarilla. 
  • El asma dependiendo del grado y del estado de la enfermedad se puede considerar como una discapacidad. Este hecho te permite solicitar como afectado que se realicen adaptaciones necesarias para poder realizar tu trabajo. 

Mascarillas en gimnasios y haciendo ejercicio

Una preocupación muy frecuente entre las personas que hacen deporte de forma habitual, es que el uso de mascarillas en espacios cerrados en los que se hace ejercicio o incluso al aire libre además de dificultar la respiración provoca la reinhalación de una mayor cantidad de dióxido de carbono.

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. -CDC-, afirman que para las personas sanas, usar mascarillas mientras se ejercitan no es perjudicial. Sin embargo, recomienda que, en caso de que la práctica de ejercicios físicos intensos con máscara provoque dificultades respiratorias, la mejor solución sería practicarlos al aire libre y lejos de otros practicantes. 

Según un estudio online publicado el 3 de noviembre de 2020 en la revista International Journal of Environmental Research and Public Health no hay pruebas que respalden la anterior preocupación. 

En su investigación tomaron como muestra a personas sanas y activas a quienes pidieron realizar ejercicios de ciclismo hasta el agotamiento en tres tandas, y en cada ejercicio, los deportistas tuvieron que usar una mascarilla quirúrgica, una mascarilla de tela o ninguna. 

El resultado fue la completa inexistencia de cambios significativos en su ingesta de oxígeno o en sus niveles de dióxido de carbono en sangre, tanto si los deportistas llevaban o no la mascarilla puesta, asimismo, tampoco aumentaron la frecuencia cardíaca ni aceleraron la fatiga. 

Hay que tener en cuenta que las personas afectadas por enfermedades pulmonares, como asma o EPOC o enfermedades del corazón, deben consultar a un médico antes de hacer ejercicio para saber si deben o no llevar máscara y de qué tipo.

Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no usar una mascarilla mientras se hace ejercicio, subrayando que una mascarilla mojada con sudor puede dificultar la respiración y promover el crecimiento de microorganismos. La OMS señala que se debe mantener una distancia física de otras personas durante el ejercicio.

De todos modos, el tema sigue siendo debatido e investigado, así que mantente informado y usa la máscara en la medida de lo posible. Si tienes dificultades o problemas para respirar con una máscara, consulta a tu médico. 

En Airfree contamos con una gran variedad de aparatos para purificar el aire recomendados para personas enfermas de asma. Encuentra aquí tu distribuidor.

Inmunidad de grupo definición y otras consideraciones

La inmunidad de grupo, también conocida como inmunidad colectiva o inmunidad de rebaño, se presenta como uno de los objetivos a conseguir para frenar el avance y la transmisión de la COVID-19.

De hecho, dada la magnitud que ha tomado esta crisis sanitaria, la cooperación mundial ha pasado hace tiempo de ser una opción para convertirse en una obligación con varios fines comunes: reducir el número de fallecidos, frenar la transmisión de la enfermedad, recuperar la muy maltrecha economía de algunos países y salvaguardar los medios de vida de millones de personas en todo el mundo. 

En una pandemia global, como la causada por la COVID-19 y el coronavirus, en la cual no todo el mundo tiene el mismo acceso a vacunas, pruebas y tratamientos sanitarios, cobra fuerza la idea de la inmunidad colectiva

¿Qué es la inmunidad de grupo?

La inmunidad de grupo es la protección conseguida cuando la mayor parte de una población está inmunizada frente a una enfermedad infecciosa y, de esta forma, indirectamente comparte un menor riesgo de contagio con el resto de la población no inmune a la enfermedad. 

Del propio concepto se deduce la idoneidad de los nombres utilizados para definirla: inmunidad de grupo, inmunidad de rebaño, protección de manada e incluso inmunidad colectiva. 

Lo importante de la inmunidad de rebaño no solo reside en que un número concreto de personas sean inmunes, sino también en que no van a ser transmisores de la enfermedad, lo que sin duda ayudará a mantenerla bajo control. 

A pesar de que depende de lo contagiosa que sea la enfermedad, se estima por lo general que entre el 50% y el 90% de la población ha de ser inmune para que las tasas de infección empiecen a disminuir y la eficacia de la práctica de protección de manada sea relevante.  

Consideraciones clave en la inmunidad de grupo

Además de las cifras consideradas dentro del umbral aproximado que ya hemos comentado, existen otras consideraciones que hay que tener en cuenta debido a su importancia y a la influencia que tienen en los resultados finales.

Por ejemplo, la propia evolución del virus determina que las medidas tomadas para erradicarlo puedan seguir siendo válidas o que queden sin efectos ante la aparición de nuevas variantes de la enfermedad que presenten mayor resistencia. 

A veces, las mutaciones de los virus causan que los anticuerpos generados en una infección anterior solo actúan como escudo protector durante un tiempo. El caso más evidente es el virus de la gripe, donde cada menos de un año nos vemos expuesto a una nueva mutación incluso independientemente de habernos vacunado. 

En el caso del nuevo coronavirus, todavía están investigando para ver cuánto dura la inmunidad (por vacuna o infección). Por lo que se sabe hasta la fecha sobre los otros coronavirus y la investigación preliminar sobre SARS-COV-2, esta inmunidad tiende a disminuir con el tiempo (meses a años).

Asimismo, la forma de interactuar entre sí de las personas puede hacer que la cifra de éxito de la inmunidad de rebaño sea mayor o menor. 

Lo que sí está demostrado es que cuanto mayor sea el porcentaje de población inmunizada, mayores serán los logros conseguidos. De aquí, la importancia que se da a la vacunación del mayor número de personas posible en el caso concreto de la pandemia por SARS-CoV-2. 

La “técnica” de buscar la inmunidad de grupo se ha aplicado anteriormente para atajar muchas otras enfermedades infecciosas como el sarampión, las paperas, la poliomelitis o la varicela, entre otras.

¿Cómo se logra la inmunidad colectiva?

La inmunidad de rebaño se consigue de dos formas: 

  1. Mediante vacunación.
  2. Por contagio natural: pasando la infección y generando anticuerpos propios. 

En el caso de la inmunidad por infección natural, las personas se ven afectadas por la enfermedad y sus síntomas, que pueden incluso provocar algunas muertes. Sin embargo, con la inmunidad obtenida mediante la vacunación, estas consecuencias pueden evitarse. Esta es una de las razones por las que la OMS recomienda que la inmunidad se consiga únicamente mediante la vacunación.

Algunos estudios hablan de que en el caso de la COVID-19, la inmunidad de rebaño se alcanzaría con un 70% de población inmune, de forma que la tasa de contagio se garantizase en un nivel bajo y partiendo de que no hubieran restricciones en las actividades. 

Con todo y con esto, insistimos en que esta tasa de inmunidad del grupo también depende de otros factores clave como el grado de infección del virus o la forma de interactuar de las personas.  

Si nos enfocamos en el modo de interacción, se ha demostrado que cuando hay menor contacto social; bien sea por medidas de distanciamiento, uso de mascarillas, autoconfinamientos, etcétera; las tasas de contagio se muestran a la baja.

Por el contrario, cuando la población se relaja y se presta a un mayor número de actividades sociales, las cifras de contagiados vuelven a aumentar.  

Otra de las consideraciones a tener en cuenta es que a más personas infectadas, mayor probabilidad de mutación del virus, lo que puede derivar en un nuevo aumento del riesgo de transmisión, una menor eficacia de las vacunas y que la pandemia se alargue más en el tiempo antes de ser controlada.

Algo que preocupa muy seriamente a responsables sanitarios a nivel mundial es que, además de otros obstáculos, existe un gran punto negro a la hora de conseguir la inmunidad colectiva: la existencia de poblaciones no vacunadas en el mundo.

Esta falta de vacunación de muchas personas en el planeta pone sobre la mesa la posible necesidad de programas de vacunación de refuerzo regulares en el tiempo para el grupo de sí vacunados. Lo anterior pone en evidencia que la inmunidad de rebaño global no va a ser fácil de conseguir en todo el mundo.

Definitivamente, cuantas más personas se vacunen, menos oportunidades tendrá el virus de propagarse en la población, y más cerca estaremos de la inmunidad de rebaño.

El contrapunto a que la inmunidad de grupo es un hecho real, nos llega desde esta publicación de la revista Nature en la que se argumentan estas 5 razones para afirmar que seguramente la inmunidad colectiva es imposible de alcanzar

1. No está claro si las vacunas previenen la transmisión.

2. El despliegue de las vacunas es desigual.

3. Las nuevas variantes cambian la ecuación de la inmunidad colectiva.

4. La inmunidad podría no ser eterna. 

5. Las vacunas podrían cambiar el comportamiento humano - esto llevaría a la gente a socializar más y a relajar las medidas de protección, lo que probablemente aumentaría los casos de transmisión e infección del virus.

¿Quieres saber qué ofrece Airfree? Accede a nuestras preguntas frecuentes y resuelve con ellas todas tus posibles dudas.

Semana Mundial de la Alergia

La Semana Mundial de la Alergia es una propuesta anual que la Organización Mundial de la Alergia (WAO, por sus siglas en inglés) lleva a cabo junto con otras sociedades miembro con un fin muy concreto: concienciar al mundo de los trastornos y las enfermedades alérgicas, a fin de mejorar el diagnóstico, tratamiento y prevención de las mismas y del asma.

Lo anterior cobra especial relevancia si tenemos en cuenta que la prevalencia de enfermedades alérgicas y del asma sigue aumentando año tras año en el mundo.  

¿Quieres saber cuál es la diferencia entre alergia y asma? En este artículo te lo contamos. 

¿Por qué se organiza la Semana Mundial de la Alergia?

En parte, ya hemos dado respuesta a esta pregunta pero también hay que añadir que la Semana Mundial de la Alergia no se entiende como un puñado de opiniones expertas aisladas e inconexas, sino que esta iniciativa busca reunir a los grupos de interés en el tema para desde una óptica global establecer y dar a conocer los distintos enfoques de las enfermedades alérgicas. 

En este sentido, para abordar y sumar acciones que permitan hacer frente y cubrir las necesidades de los pacientes de enfermedades alérgicas y de asma, se tienen en cuenta los puntos de vista de médicos y autoridades sanitarias, entidades de defensa de los pacientes, responsables políticos y demás.   

Cabe señalar que 2005 fue el año en que de forma pionera se celebró el “Día Mundial de la Alergia” a la par de un Congreso Mundial de la Alergia que tenía carácter bienal. Sin embargo, viendo la necesidad de que el alcance tanto en difusión como en información compartida debía ser mayor, en 2011 la Junta Directiva de la WAO decidió darle una periodicidad anual en formato semanal.

Este año, la Semana Mundial de la Alergia tendrá lugar entre el 13 y el 19 de junio de 2021, y se centrará en un concepto clave -debido a la gravedad que lleva implícita- como es la anafilaxia

En este enlace de la WAO puedes acceder a reseñas y noticias relacionadas con las enfermedades alérgicas y el asma.

Y aquí encuentras más información sobre webinars y otros recursos que se están programando como soporte de información y que se impartirán durante la Semana Mundial de la Alergia 2021.   

Reflexiones importantes sobre las enfermedades alérgicas 

En julio de 1906 -momento en el que nace el término “alergia”- la definición se centraba en mostrarla como una reacción específicamente alterada del organismo. Sin embargo, a día de hoy se la define como una hipersensibilidad inmunológica que puede dar lugar a distintas enfermedades procedentes de mecanismos patológicos distintos.

Y así abre la puerta a que las alergias puedan ser analizadas desde distintos enfoques tanto en el diagnóstico como en la terapia y la prevención.  

Es importante recordar en este punto que la alergia no es una enfermedad por sí misma, sino un mecanismo que acaba derivando en la enfermedad.  

Con demasiada frecuencia, las enfermedades alérgicas no son percibidas como enfermedades crónicas graves y esto provoca que no se diagnostiquen con toda la prontitud que sería recomendable y que no siempre se apliquen los tratamientos más adecuados. 

Sin embargo, el alcance de las enfermedades alérgicas es tal que su prevalencia a nivel mundial está entre el 20% y el 30% de la población. Sólo en Europa 87 millones de personas las padecen y 1 de cada 4 niños las sufre. 

Sus implicaciones son tales que un 40% de los afectados por rinitis alérgica también tiene asma y entre el 80-90% de las personas asmáticas sufren así mismo de rinitis alérgica. Estas cifras son preocupantes si tenemos en cuenta los efectos que tienen en la vida diaria no solo de los pacientes, sino también de su entorno más cercano. 

Y si esto no fuera suficientemente importante por sí mismo, ni qué decir tiene si la afección por la alergia de la que hablamos es la anafilaxia y que como ya hemos mencionado, será la protagonista de la Semana Mundial de la Alergia de 2021. 

¿Qué es la anafilaxia?

La anafilaxia es una reacción alérgica en estado agudo y que puede llegar incluso a causar la muerte del paciente. Su gravedad se produce al afectar a varios órganos por la liberación de sustancias químicas que hacen que la persona entre en shock. 

La reacción inicial puede producirse al poco de sufrir una reacción alérgica  alimentaria o por medicamentos, una picadura de insectos o estar en contacto con látex, pero la situación puede incluso empeorar unas horas después -hasta 12 horas de la reacción inicial- si se produce una reacción bifásica o segunda reacción anafiláctica. 

Síntomas de la anafilaxia

Ya hemos mencionado que los síntomas de la anafilaxia se producen de forma repentina y tienen un rápido progreso, pasando de ser síntomas leves como secreción nasal, irritación y erupción cutánea a convertirse en síntomas más graves, como los que detallamos a continuación:

  • Dificultad para respirar.
  • Urticaria o hinchazón.
  • Opresión y obstrucción en la garganta.
  • Ronquera.
  • Náuseas.
  • Vómitos.
  • Dolor abdominal.
  • Diarrea.
  • Mareos.
  • Desmayos y pérdidas de conocimiento.
  • Presión arterial baja.
  • Aumento de la frecuencia de los latidos del corazón.
  • Sensación de agobio.
  • Infarto o paro cardíaco.

Lamentablemente, las personas que ya han tenido una reacción alérgica grave tienen un gran riesgo de sufrir reacciones futuras. 

Es más, incluso si un paciente sufre una reacción leve la primera vez, las siguientes pueden agravarse. Por este motivo, es importante que una vez que la persona se sabe dentro del grupo de riesgo, lleve consigo en todo momento un autoinyectable de epinefrina y sepa cómo utilizarla (según las indicaciones de su médico), además de llamar al servicio de urgencias para seguir siendo tratado. 

La mejor manera de entender la anafilaxia y las consecuencias que puede desencadenar esta reacción alérgica grave, es acudir a un alergólogo que te ayude a controlar tu estado.

Consejos para prevenir y tratar la anafilaxia

A continuación te mostramos algunos consejos para proceder en caso de que hayas sufrido o puedas sufrir anafilaxia.

  • Descubre el factor desencadenante: esto es algo que el alergólogo puede realizar a través de tu historial médico o de pruebas diagnósticas.
  • Evita el desencadenante: esta es la mejor forma de prevención posible. Mantente alejado del factor que crea la reacción para anular el riesgo de anafilaxia. 
  • Infórmate a fondo del problema: de esta manera sabrás interpretar los síntomas con la rapidez suficiente para poner en marcha el plan de emergencia que tu médico te haya trazado.
  • Acude a urgencias: Si ocurre una reacción severa y ya se ha administrado epinefrina, tan pronto como puedas deberás ser tratado en un centro médico de urgencias para un chequeo completo y un adecuado diagnóstico.  
  • Informa de tu estado: es importante que tu entorno más cercano esté al tanto de lo que te puede pasar y sus factores desencadenantes, de forma que ellos también puedan ayudarle en una situación de emergencia (inyectarte la epinefrina) en caso de ser necesario. 
  • Lleva encima una identificación: en estos casos una chapa identificativa o una pulsera con tus datos y el riesgo alérgico que sufres es altamente recomendable. 
  • Confía en un especialista: los alergólogos son los profesionales indicados para ayudarte a controlar los síntomas posteriores al diagnóstico y junto con el diseño del tratamiento a seguir. 

En Airfree estamos plenamente concienciados con los problemas ocasionados por las alergias respiratorias y por eso prestaremos mucha atención a los avances y conclusiones que salgan de los distintos encuentros y eventos de la Semana Mundial de la Alergia.

Si quieres saber más sobre cuál de nuestros distintos modelos de purificadores de aire se ajusta mejor a tus necesidades, solo tienes que hacer clic en el enlace. 

Cómo conocer la calidad del aire interior

La calidad del aire interior que respiras es clave para que te mantengas lo menos expuesto posible a ciertos problemas de salud. Tan importante como el control de niveles es aprender de forma natural a contribuir a que la calidad del aire que te rodea en espacios interiores sea saludable.

Si lo piensas un momento, te darás cuenta de que el tiempo que pasas en interiores es grande y esas estancias en el hogar, en la oficina, en colegios o en otros espacios cerrados te expone continuamente a fuentes contaminantes del aire. 

Si bien son más perjudiciales para niños, ancianos, mujeres embarazadas y personas con problemas de salud, también pueden llegar a afectar a personas fuera de esos grupos de riesgo. 

Algunos de los contaminantes causan problemas de irritación en ojos, nariz y garganta. Otros llegan a causar o empeorar alergias e incluso a ser los detonantes de cáncer, enfermedades respiratorias, cardíacas o neurológicas.

Además si la concentración del agente contaminante es alta -como el caso del monóxido de carbono- pueden provocar la muerte.

Ahora que ya eres consciente de estos datos, pasemos a asentar otros conceptos importantes. 

¿Qué se entiende por calidad del aire interior?

La calidad del aire interior también es conocida por las siglas IAQ (Indoor Air Quality) y se refiere a la calidad que tiene el aire que respiramos dentro de distintos edificios y estructuras. 

Esta calidad se mide tomando como premisa fundamental la salud y el confort de las personas que pasan tiempo en esos espacios “cerrados”. 

Dicho de otro modo, medir la calidad del aire interior tiene como objetivo cuantificar y realizar un control de los agentes contaminantes en el aire de un espacio para reducir o neutralizar el riesgo de los ocupantes de sufrir problemas de salud por inhalación continuada.

Si quieres ampliar la información sobre la calidad del aire te proponemos esta lectura.

¿Cómo afecta la calidad del aire a la salud?

Antes de seguir avanzando en el tema, hemos de comentar que los efectos por exposición a agentes contaminantes en el aire interior de una estancia o de un edificio no tienen porqué producirse de forma inmediata. 

Son numerosos los casos en que se han detectado con el paso de los meses e incluso después de años. 

En base a lo anterior, vamos a analizar estos dos posibles escenarios

  1. Efectos inmediatos sobre la salud de los contaminantes del aire interior.
  2. Efectos a largo plazo sobre la salud de los contaminantes del aire interior.

Efectos inmediatos sobre la salud de los contaminantes del aire interior

Tal y como ya hemos dejado entrever, algunos agentes contaminantes te pueden provocar una reacción inmediata tras una única exposición o al poco de que estés expuesto a ellos. 

Los efectos más comunes en este sentido son la irritación de nariz, ojos y garganta, la tos, los dolores de cabeza, la sensación de fatiga o incluso los mareos.

Estos efectos también suelen tener una duración corta y desaparecen tras aplicar el correspondiente tratamiento. 

Muchas veces eliminar la exposición al agente contaminante es suficiente para que desaparezcan los síntomas. La pega es que hay que tener perfectamente identificada la fuente que afecta a la calidad del aire interior y esto no siempre es sencillo.  

Además, la reacción a agentes contaminantes del aire interior también depende de otros factores como la edad, la existencia de enfermedades previas o el grado de sensibilidad de cada persona. Puede que permanecer en una misma estancia provoque efectos en una persona en concreto y no en el resto de las que conviven o pasan tiempo en ella. 

Una misma exposición a iguales contaminantes biológicos o químicos no tiene los mismos efectos en todo el mundo incluso si la permanencia es exactamente igual en términos de tiempo.

Para acabar de complicar el problema, algunas veces los síntomas son muy similares a los de un resfriado leve y no se relacionan directamente con un problema de calidad del aire interior.

Una pista para acotar que no es un resfriado normal es que prestes atención a los momentos en que los síntomas se hacen más patentes y a cuándo desaparecen o se minimizan. 

Una inadecuada ventilación natural, un sistema de calefacción o aire acondicionado que funciona mal o un problema de humedad no solucionado pueden ser los detonantes de que la calidad del aire interior sea deficiente o incluso perniciosa.

Efectos a largo plazo sobre la salud de los contaminantes del aire interior

Ya lo hemos anticipado y ahora vamos a verlo más en profundidad, pero hay exposiciones a fuentes contaminantes que se mantienen latentes o sólo aparecen después largos y/o repetidos periodos de exposición. 

Como ya puedes imaginar los efectos en este caso pueden ser mucho más graves que la simple sensación de resfriado leve que veíamos antes. Aquí ya hablamos de enfermedades respiratorias de mayor nivel, cardiopatías, cáncer o incluso accidentes cerebrales que pueden llegar a ser mortales o muy limitantes. 

Este es un buen momento para hacer notar que la prevención y el control de la calidad del aire interior puede ser la clave para atenuar o directamente neutralizar los efectos desencadenantes de algo tan grave. 

Nuevamente la sensibilidad de las personas ante una misma exposición es diferente en cada caso y el grado de concentración de la fuente de contaminación también es un factor a tener en cuenta. 

Están en marcha distintas investigaciones para determinar cuáles son los efectos en la salud de exposiciones en grados de concentración medio y cuáles en concentraciones más elevadas para revelar el alcance final de dichos efectos. 

¿Cómo identificar los problemas de calidad del aire?

La identificación de los problemas de calidad del aire interior se pueden llevar a cabo de distintas maneras: 

  • Detectando las fuentes de los posibles agentes contaminantes del aire interior. Algunos ejemplos comunes son el moho / humedad, el humo de tabaco, los productos químicos, los alérgenos (como el presente en moho, las mascotas y los ácaros del polvo) etcétera.
  • Identificando los problemas estructurales. Mala o inadecuada ventilación, sistemas de calefacción o aire acondicionado deficientes, falta de limpieza, filtros de extracción de humos en mal estado, etcétera. 
  • Midiendo los niveles de contaminantes para determinar la calidad del aire. Un ejemplo de esto es la recomendación de medir los niveles de radón en las viviendas que al ser un gas incoloro e inodoro es difícil de detectar a simple vista pero que dados sus efectos radiactivos puede ser una fuente clara de problemas de salud. 

¿Cómo mejorar el aire interior de una estancia?

En este apartado te vamos a compartir una batería de medidas para mejorar la calidad del aire interior de tu casa o de un edificio:

  • Reducir las fuentes de contaminación y/o arreglar los problemas que provocan su emisión y no ayudan a que la calidad del aire interior sea saludable. 
  • Adoptar medidas de ventilación adecuadas tanto en cuanto a tiempos medios de ventilación como en las horas del día en que se lleva a cabo. 
  • Instalar ventiladores o sistemas de extracción en aquellas estancias que lo necesitan (cocinas y baños). 
  • Mejorar el aire interior usando sistemas que ayudan a sanearlo como son los purificadores de aire.
  • Cambiar los filtros y realizar mantenimientos periódicos de los sistemas -como los aires acondicionados y la calefacción- que pueden devolver agentes contaminantes al aire en espacios interiores.
  • Regular la humedad ambiental a niveles adecuados para eliminar la posibilidad de que aparezca moho. Se puede usar un medidor de humedad interior para controlar que esta se mantiene entre el 30 y el 50%.
  • Realizar una prueba de radón y tomar medidas si es necesario.
  • Instalar una alarma de monóxido de carbono para controlar los niveles. 
  • No permitir que se fume en el interior. 

En Airfree contamos con una amplia gama de sistemas de purificación ambiental que ayudan a que la calidad del aire interior de las viviendas y de otros edificios mejore considerablemente. Si deseas más información no dudes en contactarnos. 

Cómo nos afecta la contaminación

¿Sabías que el tráfico es el principal agente contaminante del aire en las ciudades españolas? Pero lamentablemente no es el único y por eso en este artículo te vamos a contar cómo nos afecta la contaminación y por qué es un problema social.

Como contrapunto positivo a lo anterior, te contamos que la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda y apoya las distintas iniciativas que toman las ciudades para vigilar la calidad del aire y poner en marcha políticas de control y reducción de los niveles de contaminación atmosférica que signifiquen reducir la exposición de las personas a niveles peligrosos de polución.

Ejemplo de esto son algunas acciones que se han llevado a cabo y/o se pueden poner en marcha en distintas ciudades españolas como controlar las zonas de tráfico más atestadas de coches, introducir peajes, limitar el aparcamiento, reducir los carriles de acceso a zonas conflictivas, fomentar el transporte público mediante el aumento de servicios y frecuencias, etcétera. 

Incluso encontramos medidas estrella y de imparable tendencia europea como la reducción de la velocidad a 30km/h en circuitos urbanos.

La contaminación en datos

Para que te puedas hacer un esquema mental de la gravedad que la contaminación del aire tiene en la salud de las personas empecemos con algunos datos contundentes:

  • Al año se producen 4,2 millones de muertes como consecuencia de la exposición de las personas a la contaminación ambiental. 
  • Se calcula que 3,8 millones de muertes anuales se deben a la exposición doméstica al humo que se produce por el mal uso de combustibles y en las cocinas. 
  • Un 91% de la población mundial vive en lugares con baja calidad del aire según la OMS. 
  • La contaminación del aire es la principal amenaza medioambiental en el mundo y Europa. Anualmente, sólo en la Unión Europea, es la causante de 400.000 muertes prematuras y supone un coste sanitario de cientos de miles de millones de euros. 
  • Se estima que una reducción de las partículas PM10 (partículas inhalables con un diámetro igual o inferior a 10 micrómetros) podría suponer hasta un 15% de beneficio para la salud de los habitantes de ciudades contaminadas. 
  • Ya en 2010 un informe de Ecologista en Acción mostraba que 4 de cada 5 personas respiraban aire contaminado en niveles superiores a los límites establecidos por la OMS. 

¿Por qué y cómo nos afecta la contaminación?

Son numerosos los estudios epidemiológicos que han demostrado de forma fehaciente la relación entre los niveles de contaminación del aire y una serie de efectos adversos en la salud de las personas. 

La seriedad de los efectos va desde leves síntomas hasta casos de muerte prematura, mayor riesgo de enfermedades respiratorias, cardíacas, accidentes cerebrovasculares y cáncer de pulmón.

En este punto es importante señalar que existen algunos grupos considerados de riesgo, como son los niños, los ancianos, las mujeres embarazadas y las personas con antecedentes previos, que están más expuestos y son mucho más susceptibles de sufrir o desarrollar enfermedades graves por exposición a la contaminación atmosférica.  

Además de los anteriores, hay personas que engrosan los grupos de riesgo al estar expuestos por vivir en zonas cercanas a rutas de tráfico intenso o por desarrollar actividades profesionales que implican una mayor exposición a focos contaminantes. 

¿Qué es el PM?

El PM o Material Particulado también se conoce con el nombre de contaminación por partículas y es el término que define a una mezcla de partículas sólidas y gotas líquidas que se encuentran en el aire. 

Algunas de estas partículas -polvo, hollín, humo, etc.- son lo suficientemente grandes como para ser detectadas a simple vista, sin embargo, otras son de un tamaño tan pequeño que solo se pueden ver a través de microscopios especiales. 

El problema es que independientemente de su tamaño, ambas se encuentran entre los contaminantes ambientales más perjudiciales para la salud y están estrechamente relacionadas con la mortalidad prematura. 

La contaminación por partículas -PM- se clasifica en: 

  • PM2,5: en este caso son partículas inhalables finas que tienen diámetros de 2,5 micrómetros o menos.
  • PM10: estas son partículas que se pueden inhalar al respirar y que tienen diámetros de 10 micrómetros o menos, incluyendo el PM2,5.

Para que lo visualices de forma gráfica, piensa que un cabello humano mide unos 70 micrómetros de diámetro. Siendo así, si partes un cabello en 30 partes tendrías el diámetro máximo de una PM2,5 y si lo partes en 7 veces llegarías a tener el diámetro máximo de una PM10.  

Además de ser de diferentes tamaños, las partículas pueden estar compuestas por distintos elementos químicos y tener muchas fuentes de procedencia: campos, chimeneas, incendios, obras en construcción, caminos sin asfaltar, carreteras, fogatas, etc. Pero también pueden ser el resultado de reacciones complejas de químicos emitidos por automóviles, industrias o incluso centrales eléctricas. 

¿Cómo afecta el PM a la salud?

La contaminación por partículas como ya te hemos dejado entrever se aloja en las personas a través de la respiración y pueden ser emitidas desde fuentes tan comunes como los vehículos. 

La inhalación de partículas de menos de 10 micrómetros de diámetro -PM10- es un riesgo latente para la salud, dado que pueden depositarse en el sistema respiratorio.

Entre estas partículas -PM10-, las partículas menores a 2,5 micrómetros de diámetro -PM2,5- al ser más finas entrañan mayores problemas, ya que pueden incluso penetrar de forma profunda en los pulmones.  

El impacto social

Como en otros muchos aspectos, la contaminación medioambiental también tiene distintos impactos según sea el escenario social del que hablemos. 

En este sentido podemos hablar de desigualdad medioambiental en la que algunos individuos y comunidades son más susceptibles de sufrir riesgos por contaminación del aire en niveles más elevados. 

Son varios los estudios que han demostrado que el riesgo y la exposición a contaminación atmosférica van unidos a la privación socioeconómica. Especialmente en áreas urbanas, los habitantes pertenecientes a clases sociales altas no están tan afectados a efectos negativos por contaminación del aire como los grupos de población con menos recursos. 

En este enlace encuentras más datos de uno de esos estudios que te acabamos de mencionar. 

La desigualdad ambiental provoca que las personas social y económicamente desfavorecidas sean más susceptibles de sufrir efectos negativos para la salud por contaminación del aire, siendo las tasas por enfermedades respiratorias y cardiovasculares mayores en comunidades desfavorecidas. 

A pesar de la generalización anterior, el análisis de la relación entre poblaciones vulnerables y contaminación atmosférica es mucho más complejo y también varía dependiendo de la zona geográfica, del contaminante ambiental y del tiempo de exposición al mismo. 

En Aifree contamos con una amplia gama de purificadores con los que garantizar una correcta calidad del aire en viviendas o espacios interiores. Si quieres ampliar más la información, te animamos a hacer clic en esta comparativa de purificadores para ver el modelo que mejor se adapta a tus necesidades. 

Cómo purificar el aire en casa

Saber cómo purificar el aire en casa es una cuestión que cada vez preocupa más, y no es de extrañar si tenemos en cuenta que está ampliamente demostrado que el aire interior contiene agentes contaminantes que pueden afectar a la salud de las personas y que la preocupación por la calidad del aire va en aumento año tras año.

Consideraciones iniciales sobre los contaminantes del aire  

La lista de contaminantes causantes de problemas es amplia y de diversa procedencia. 

Así, encontramos que estancias que a priori consideramos “limpias” como la cocina son en realidad un foco de riesgo, y no es la única. En la lista de “amenazas potenciales” también se incluyen los materiales de construcción, el mobiliario doméstico o incluso los productos de consumo y que pueden ser nuestros enemigos invisibles dentro del hogar.

El hecho de calentar los alimentos en el horno o simplemente cocinar genera fuentes activas que contaminan el aire, por eso para minimizarlos es importante -entre otras medidas- hacer funcionar la campana extractora cuando se cocina. 

Otra curiosidad, ¿sabías que al sentarte en un mueble tapizado generas una nube de partículas resuspendidas? De la misma forma, el movimiento en la cama mientras duermes también resulta en la resuspensión de estas partículas.

Por otro lado, los contaminantes del aire pueden adoptar distintas formas: partículas, gases, moho o polen, entre los más conocidos.  

Ten en cuenta que la calidad del aire interior no es la misma en una casa que en otra. Incluso dentro de una misma vivienda se producen variaciones de calidad a lo largo del día.

Según un estudio la exposición en espacios interiores a la que nos exponemos es muy importante. 

En concreto, menciona que la exposición en interiores a partículas de origen tanto interior como exterior representa probablemente alrededor del 70% de la exposición total a las  partículas inhalables con un diámetro igual o inferior a 2,5 micrómetros (PM2,5). 

Estos datos se han obtenido de un muestreo en Estados Unidos y son por término medio pero, sin duda, nos sirven de referencia para tomar conciencia de lo que nos rodea. 

Evidentemente, este no es el único estudio que habla del tema. De hecho, encontramos otras muchas publicaciones que concluyen que la mayor exposición a partículas nocivas de aire exterior se produce en espacios interiores en los que la buena noticia es que se pueden utilizar aparatos de filtrado de partículas para purificar el aire.

Yendo más allá, son varias las investigaciones epidemiológicas que indican que las tasas de mortalidad, los ingresos hospitalarios y el empeoramiento de cuadros médicos por asma, así como otros efectos adversos para la salud aumentan en proporción directa al incremento de las concentraciones de partículas en el aire exterior. 

Partiendo de esto, es razonable esperar beneficios para la salud asociados a la filtración y a la eliminación de las partículas de origen exterior.

Si quieres consultar más datos de estudios publicados, te recomendamos leer este documento de ASHRAE sobre filtración y purificación del aire.

¿Cómo purificar el aire de una casa?

Definitivamente las formas más eficaces de mejorar la calidad del aire interior de una vivienda se enfocan en tres direcciones:

  1. Controlar las fuentes contaminantes.
  2. Realizar una ventilación adecuada. 
  3. Limpiar el aire contaminado.

Las vemos una a una más en detalle.

Controlar las fuentes contaminantes

El control de la fuente contaminante goza de un alto porcentaje de efectividad, dado que permite tanto reducir la emisión como incluso eliminar el foco de generación de agentes indeseados.  

Poner en práctica este tipo de control es en muchos casos algo muy sencillo de llevar a cabo y te lo mostramos con ejemplos para que lo veas más claro:

  • No permitir fumar en el interior de la vivienda ni tener ceniceros con colillas en casa. 
  • Amueblar con madera maciza o materiales alternativos en lugar de madera prensada que puede contener formaldehído. 
  • Ajustar y comprobar que los aparatos de combustión funcionen correctamente en todo momento.
  • Limpiar y secar correctamente las zonas susceptibles de crecimiento de microbios y hongos. 
  • Aspirar las zonas menos visibles del mobiliario. Poner especial atención en los sofás, colchones o butacas.

Realizar una ventilación adecuada

Antes de nada, tenemos que contarte que la renovación de aire en viviendas se produce principalmente al ventilar pero no es la única forma de entrada de aire en un edificio.

Aunque sean en pequeñas cantidades, también se producen filtraciones a través de los cerramientos de la casa. Controlar que estos cerramientos cumplan su papel también es importante a la hora de garantizar una correcta renovación del aire.

Dicho esto, la mayor fuente de entrada de aire exterior renovado llega al abrir puertas y ventanas durante largos períodos de tiempo, y a través de los ventiladores de suministro y de los sistemas de extracción de humos continuos.

Puede parecer un detalle sin importancia pero ventilar a la hora adecuada, huyendo de las horas en que puede haber una mayor concentración de polen y/o contaminación, es un punto a favor de que la renovación del aire con entrada del exterior que realizas sea correcta o incorrecta.

Por su parte, el aire que se acumula en la cocina y el baño está cargado de vapor de agua, partículas y gases y lo que interesa es que sea seco y limpio para evitar la aparición de moho.

Limpiar el aire contaminado

Este tercer punto cobra especial relevancia cuando va unido a los dos anteriores -control de la fuente y ventilación- y en ningún caso puede ser sustituto de alguno de ellos. 

Si la ventilación es inadecuada y si se mantienen las fuentes contaminantes en el hogar en alta concentración, por mucho que se proceda a limpiar el aire el resultado podrá ser insuficiente y efímero.

¿Por qué es recomendable un purificador de aire?

La respuesta a esta pregunta es sencilla. El uso de un purificador de aire es recomendable porque sirve para dos de los objetivos de los que hemos hablado anteriormente: controlar y eliminar las partículas contaminantes del interior de la vivienda. 

Los purificadores de aire sirven tanto para evitar malos olores como para actuar contra una serie de agentes biológicos nocivos. 

Su mayor o menor eficacia depende de que se utilicen siguiendo las instrucciones del fabricante y se respeten las indicaciones del tamaño de la habitación en relación a la capacidad del aparato purificador. 

Los modelos de purificadores de aire portátiles se pueden trasladar a cualquier lugar donde se haga necesaria una limpieza continua y localizada del aire.

En relación a esto, es importante elegir adecuadamente la estancia de la casa en que se colocarán para obtener el mayor beneficio posible. Un dormitorio infantil, de una persona mayor o con problemas respiratorios es -a priori- una excelente decisión inmejorable.

Tipos de purificadores de aire

A la hora de hablar de categorías generales de sistemas para purificar el aire encontramos dos:

  1. Los purificadores de aire portátiles.
  2. Los filtros de HVAC/horno y otros purificadores de aire montados en conductos. 

En el primer caso se trata de purificadores independientes que suelen estar diseñados para filtrar o limpiar el aire de una sola habitación o zona. Los modelos con diferentes capacidades permiten que el tratamiento se ajuste a las diferentes dimensiones de cada estancia de la vivienda.

Mientras, los segundos son del tipo filtros de horno y otros purificadores de aire montados en conductos que van instalados en los sistemas centrales de calefacción, ventilación y aire acondicionado de la vivienda, y permiten purificar y dotar de aire filtrado a varias estancias de la casa al mismo tiempo. 

En Airfree contamos con un amplio catálogo de modelos que se ajustan a tus necesidades. Consulta nuestra oferta y ponte en contacto con nosotros para que te hagamos llegar la opción que mejor se ajusta a tus necesidades. 

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